La mentira del entrenador, mi verdad final
pre había estado obsesionada con las apariencias, con la imagen brillante de su hija, la estrella del patinaje artístico. Mi lesión, mi dolor, la traición de mi esposo... eran solo inconvenientes en
té, la habitación estaba envuelta en oscuridad, el reloj digital brillaba con las 2:47 AM. El silencio era opres
erapeuta deportivo de primer nivel. Su voz, incluso a través del altavoz, estaba
z áspera por el sueño y
Gastando dinero como si nada. Incluso lo vi comprarle un par de patines personalizados nuevos. Esas cosas cuestan una fo
Por un momento, olvidé mi propio dolor, abrumada por la flagrante falta de respeto, la traición financiera. Estaba invirtiendo nuestros recursos compartidos, recursos destinados a mi rec
é, las palabras sabie
riadna, voy a buscar a esa tipa y le voy a decir sus verdades. ¡No tiene der
Siempre mi protector. Siempre de mi lado. En un mundo que se sentía como
o vale la pena. Voy a... voy a divorciarme de él. -Las palabras, una v
¿Necesitas que vaya? Puedo estar
ia que cuidar, una vida tranquila y estable que no debería perturbar con m
ché algunos rumores en la pista. Kenia... no es una chica cualquiera. Es la hija de H
a golpeado duro a Emilio. ¿Pero su hija? ¿Kenia era la hija de Ricardo? ¿Y qué estaba
, para entrenarla en secreto. Ha estado invirtiendo todo en ella, impulsándola, tratando de convertirla en la
. Esto no era solo traición; era una destrucción total de mi identidad profesional, de mi seguridad financiera. El hombre que se s
conciliar al Emilio que conocía con este monstruoso extraño. El hombre que había gestionado meticulosamente
ahí? -La voz de Kev
do procesar esto ahora mismo. Simplemente no pue
a cuenta bancaria conjunta. Una transferencia grande. Una transferencia muy grande. Mi m
Sonó, y sonó, y sonó. Finalmente, después de lo que pareci
Qu
Mi voz era tensa, apenas un susurro-.
ausa. Luego
nada. Necesita un lugar donde vivir, un entrenador. La estoy ayudando. -Su tono e
lio, eso es ilegal! ¡Es propiedad compartida! ¡No puedes simplemente t
ece una oportunidad. ¿Y tú? Estás lesionada. Estás acabada. ¿Para qué necesitas dinero? Solo para estar sentada en c
oluta crueldad de sus pal
dome el cuerpo por nosotros! ¡Eras mi entrenador, mi esposo, se suponía que debías proteger mis intereses! -Mi voz temblaba, todo