Escapando de la locura hechizante de su corazón
mbado junto a él, claramente encanta
z cargada de burla. "Permanezca sumergida en este barril de cerveza hasta que se derrita el últim
se quedó
o bien el frío, y sus periodo
nó en su mente: nada de expone
n la cabeza, sabía que su periodo
realmente necesario? Señor Ya
on un matiz de amenaza en s
en su postura. "¿Qué sucede, señorita Dixon? ¿No está dispuesta? Está bien, yo nu
adelyn tras Cristóbal, con
risa de suficiencia. "Eso está mejor, se
cto de estar muy entretenido, como un hombr
e el barril, y el frío que irradiaba e
l rebosante de hielo flotante, c
despiadados que este; se negaba a de
espectáculo, l
os en el borde del barril y, con cautela, dej
ió por las piernas, amenaza
óvil. Obligándose a seguir adelante, deslizó un pie y
altó, erizándole la piel y haciéndola temblar. Pronto, solo su pequeña cabeza y la f
bía desaparecido de sus labios, volv
ntímetro de su piel erizado de piel de gallina. Un dolor agudo y punzante
empo, el frío le quitaría hasta la última gota de calor
do por evitar que sus músculos se agarrotaran, pero el entumecimiento se extend
do encontrar un ápice de piedad. En
ñorita Dixon?", preguntó Cristóbal con voza
No, señor Yates", respondió, con la vo
stigaban sin piedad, y sus ri
ararle este baño de spa, y usted parece que
rar a que se derrita todo el hielo? ¿Se supone que el seño
ó la mirada, con sus largas pestañas te
rrando el borde resbaladizo del barril, con los dientes apretados c
ó alguien, claramente com
rpo, un solo pensamiento ardía en su mente: costara lo que cos
ía por sus extremidades. El ruido de la sala se desvanecía en un r
es la levantaron como si no pesara
ueta bloqueaba las luces del techo. Antes de que pudiera reaccionar, se enc