Escapando de la locura hechizante de su corazón
jaron y retrocedió instintivame
tivo, dejando una capa d
inó y le limpió los labios
casual, tan preciso, que su habitual met
lugar de volver?". La voz de Bryson se
anice. Bajó la mirada y asintió, con l
ón de Bryson no se apartaba de Janice. La escena le dejó un dolor s
r y los efectos secundarios le provocaron una úlcera estomacal grave. Pasó dos semanas horri
z. Siempre excusaba su ausencia con su trabajo interminable,
había limpiado las migas de los labios con movimientos tan
en su pecho, pero su ros
r. "Es la primera vez que Bryson me presenta a su familia. Sabe que estoy nerviosa, p
e cuál era su lugar. La familia de Bryso
as pullas mordaces de su madre, Julissa Brennan, y una sarta de insultos velados. Apenas había dejado el bolso cuando la obligaron a
más que una cara bonita de Relaciones Públicas. Estás para servi
humillante, Madelyn evitó
urgente de ese día, habría evitado
un magnate joyero de fortuna y reputación impecables, ella se movía en aquellos salo
respondió Madelyn con una sonrisa pulida
nteniendo un perfil bajo, sin pedir protección
ra una simple advertencia antes de p
que arma escándalos
con la voz tensa, buscando una escapatoria, un lug
salió al pasillo tenuemente iluminado y se
, envuelto en su característic
los blancos de perro, pero él no se molestó en
adiaba autoridad. Con una mirada tan afilada como el hielo, finalmente
lando la voz, exigió: "¿Y a qué te
llo de interés brilló en sus ojos al captar el atisb
a un mechón de cabello suelto detrás de la oreja. Sus dedos s
ente, dijo: "Ella es pura, no co
n sin aprender a lidiar con el desfile de mujeres celosas en la órbita de Bryson. Pero esto era
razó esa línea al decir "ella es pura, no como tú", a
o se molestaba en ocultar. "¿Así que ahora estoy manc
z precisa y tajante: "Janice empieza en la empre
ién la persona de confianza de Bryson en la oficina
elaciones Públicas; bajo la atenta mirad
puladores de lengua afilada y depredadores ocultos tras sonrisas amables, siempre al acecho de una oportunidad. Cada noche, después de
n traslado a la oficina ejecutiva, esperando u
nes Públicas es la columna vertebral de la empresa. Te
hacía lo imposible por protegerla, evitando q
menospreciaban por su trabajo entreteniendo clientes, ignorando las verdaderas r
ción cruda. Con una voz desprovista de toda emoc
rave, sin dejar lu
e atravesó el pecho,
on desdibujarse a su alrededor mientras soltaba la pregunta: "¿Y
Su aliento le rozó los labios mientras respondía en un susurro cansado,
la Directora de Relaciones Públicas, aguda e imperturbable; a puerta cerrada, solo sería la mujer leal que permanecía discret
bligaba a apartar la mirada. Su voz sonó firme, pero fría. "Me niego a ser tu segun