icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Memorias quemadas, el ardiente regreso de una esposa

Capítulo 4 

Palabras:1366    |    Actualizado en: 30/09/2025

a Gar

do cualquier señal de que esto era solo una broma cruel, una amenaza para asustarme y someterme. Pero su ros

voz completamente desprovista de emoción. Estaba tratando esto como una

ficientes e impersonales. Solo seguían órdenes. Retr

rogué, mi voz quebrán

asintió a

nútil. Eran el doble de mi tamaño, entrenados para manejar la resistencia. Me arr

zaron la puerta para abrirla, el aire me golpeó: una nube espesa, dulce y sofoca

con llave detrás de mí. El clic del cerroj

rictora. Mis ojos se llenaron de lágrimas, difuminando los colores vibrantes de las orquídeas y las buganvillas en una neblina doloros

idad que era enloquecedora. Me arañé la piel, mis uñas dejando rastros sangrientos, pero no hizo nada

mis jadeos por aire cada vez más superficiales, más frenéticos. Gol

or favor! ¡D

raznido ronco e

das, la vida continuando como si nada. Él estaba allí dentro, probab

corazón de un gran arbusto de hibisco en flor, emergió un enjambre de abejas. Habían sido atraíd

losiones de dolor estallaron por todo mi cuerpo mientras sus aguijones perforaban mi piel. Me agité, tratando

pensamiento consciente fue para Leo. Mi dulce y silencioso niño. Iba a reun

ego,

roma estéril de un hospital. Tenía una vía intravenosa pegada en el dorso de mi mano, alimentando líquido

ecía cansado, su cabello ligeramente d

tes?", pregunt

i garganta demasiado

reflexivo e instintivo, pero su agarre fue firm

do de explicación. Una excusa. "O sobre tus alergias. Fu

iendo su deliberado acto de crueldad en un desafor

. Era un susurr

s de mí ahor

or? ¿arrepentimiento?, cruzó

unidas. "Desde lo de Leo... está convencida de que su espíritu la está atormenta

ba escuchando. La audacia

sonalmente al Templo de la Cumbre y rece por un amuleto de protección. Debes subir los mil escalone

l había intentado matarme, me arrastrara por una montaña de rodillas para rogar por

re un amuleto, ve tú a busca

ltima cosa por mí. Por el bebé. Una vez que Bárbara se sienta segura, una vez que nazca el bebé, te juro que la enviaré

o de luchar. Había terminado de decir que no. Porque estaba empezando a entender que

Los escalones de piedra se extendían hacia las nubes, una escalera brut

mis rodillas estaban en carne viva y sangrando. Para el quingentésimo, cada movimiento ascenden

y destrozado. Me arrastré los últimos metros hasta el santuario y acep

recuperar el aliento, cuando mi teléfono des

a este número, pero tengo noticias. Dos noticias, en r

sada. Nada podía ser peor d

do una laguna en su acuerdo prenupcial que le permitió presentarlo en otro estado sin tu firma. El divorcio se

su socia, su amante, la madre de su hijo, pero no su esposa. Todo el dolor, toda la traición... era inclus

i garganta. Eché la cabeza hacia atrás contra la piedra fría. "En

Obtenga su bonus en la App

Abrir