Memorias quemadas, el ardiente regreso de una esposa
mi esposo, pero él me lo pagó llevando a su amante al funer
me torturó y luego quemó hasta el último recuerdo de n
años, así que fingí mi propia muerte y le entregué el código fuen
ítu
a Gar
dadero significado de tocar fondo e
ndo a su aman
a. Yo estaba de pie, rígida como una estatua junto al pequeño ataúd blanco. Mi mano descansaba sobre la madera pulida, una barrera entr
ra Mo
ño elegante. Parecía una amiga desconsolada, una colega preocupada. Pero yo sabía lo que era. Era la Jefa de Relaciones Públic
ó mi brazo como una descarga eléctric
haciendo
n desgarro en el
ró sobre mi codo, su aga
seó, su voz una orden baja y
l Damián que se había arrodillado en medio de un diluvio torrencial, empapado hasta los huesos, solo porque no podía esperar un segundo más para pedirme que fuera su esposa. El Damián que, cuando una firm
ía desde cero en las horas silenciosas de la noche. Él era el rostro, el brillante CEO que vendió mi genio al mundo. Éramos un equipo perfecto. Luego nació Leo, y l
subiendo de tono, quebrándose.
andíbula apretada. Me estaba apartando del ataúd, lejo
de la iglesia. Sentía las piernas como si se movieran a través del agua. Me detuve frente a la banca de Bárbara
erecho", logré deci
, colocando una mano
o. No puedo imaginar po
o. Aparté mi brazo como
Bárbara. Se suponía que d
ma finalmente escapó, trazando un cami
ada formulario médico, en cada hoja de contacto de emergen
e entre nosotras, un muro só
como el hielo. "Este no e
d de la casa", solté, mi última ca
n de Damián
Eliana. La cámara de la c
resentación mía de millones de pesos, o "por error" filtró una historia negativa sobre la dependencia de nuestra empresa en una única program
La única prue
taúd al frente de la iglesia. "Damián, por favor. Pien
escapar un
ostado de Damián. "Pensé que necesitabas un des
su rostro falso. Pero Damián me atrapó, me giró y me empujó hacia atr
opezando con sus propios pies. Cayó al suelo de pi
a su lado en un instante, cayendo de rodillas, sus manos flotando sob
b
en el aire, robándose tod
la solapa de Damián. "Confesaré. Quizás... quizá
ra. Me miró, y la furia gélida en sus ojos era algo que nunca antes había visto. "No harás tal cosa. N
más preciosa del mundo, y la sacó de la iglesia, dejándome so
a mesa del pasillo, una notificación de un sitio de noticias. Una foto de Damián, su rostro grabado con preocupación, sacando a una angustiada Bárbara Montes de la i
Yo era la viuda inestable e histér
una caja de cartón grande y sin marcar. Dentro, ac
ismos ojos increíblemente azules que eran una mezcla perfecta de los míos y los de Damián. Llevaba una
dió. Retrocedí tambaleándome,
gus
sonrisa triunfante jugando en sus labios. Entró pavoneándose en la hab
ijo, su voz goteando falsa compasión
e mi cas
do. No quiere que un divorcio complicado afecte la salida a la bolsa. Y esto", señaló s
ia. Volé hacia ella. Ni siquiera intentó fingir una caída esta vez. Simplemente esquiv
máscara de furia. Me vio, salvaje y desaliñ
d
za del golpe me envió al suelo. Mi cabeza
s". Sacó su teléfono. "Voy a llamar al Dr. Cuevas. Tiene una habitación esperá
s con batas blancas entrar en la casa. Se movieron
me, sino para acercar su rostro al
a'. Y no dirás ni una palabra más sobre Bár
ía amado, el padre de mi hijo muer
do a recibir ayuda.