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Propuesta escandalosa para una boda

Capítulo 5 Se me hizo un nudo en la garganta

Palabras:1814    |    Actualizado en: 30/08/2025

era mi voz grave. -Porque tu ex está en algún sitio, jodiendo quién sabe q

ación se

o si estuvieras desesperado por sa

un clic detrás de él mi

ntra la mampara semiabierta que separaba nuestras suites, en lugar de a la izquierda como en la mía. Su pasaporte estaba cerrado y boca arriba sobre el pequeñ

trás de mí hizo que mi c

la cama,

¿Ni siquiera me has besado y

pies de la cama. La mampara empezó a bajar aún más. -Se nos ven las cabezas por encima de las paredes, dijo en voz baja, con sus ojos color

a. -¿Cómo supiste que lo hacía?, pregunté, rozando con la barbilla la mampara mientras se desl

con la mirada fija en la cocina durante medio segundo ante

ió de

is

t

taba demasiado concentrado e

vello entrecano, y se adivinaba el atisbo de una clavícula mientr

unta. Sus dedos se detuvieron en el cuarto botón y se dejó caer en el borde de la cama

co, hizo que mis rodillas se dobl

úpi

con mis rodillas apretadas contra el firme colchón a ambos lados de sus caderas. Mi vestido de verano se subió, el calor de su cuerpo abras

mo una segunda piel. La mano en mi costado se deslizó hasta mi muslo, justo debajo del dobladillo del vestido que apenas me daba

as arrugas junto a sus ojos y en su frente se

é, y las palabras se me escapa

izándose unos centímetros más adentro y más

ngo curiosidad. Quiero saber

uarenta y siete . Su mano libre me rodeó la nuca, apretándome la base del cráneo. -No cr

de edad podría darnos derecho a votar, a alistarnos

subiéndolo, con el pulgar ardiendo desesperadamente cerca del calor que se acumulaba entre mis piernas. -Más joven

rzo de algodón ya húmedo y deslizándose a través del calor resbaladizo, me atrajo esa última pulgada más cerca y presionó

inguna va

gent

to, inmedia

amisa para mantenerme erguida mientras él me soltaba la nuca. Se echó hacia atrás, su

trazando círculos lentos y deliberad

rantemente lentos pero perfectos. Tiré del bajo de su camisa, sacándola de donde estaba metida en sus pa

n en mí, profundos, despiadados

za daba

scando más. Un gemido silencioso y áspero se le escapó, mitad frustrado y mitad algo que no pude identificar, y ent

y los hombros presionando contra los míos. Él flotaba sobre mí, con los dos lados de su camisa colgando

ajarme la ropa interior por las piernas y quitár

nte raspando mi piel como una cerilla en la llama. El calor se acumuló en mi estómago, r

tapó la boca. É

en

leve gemido se escapó de su palma mientras luchaba por co

i cuello que apenas pude oírla por encima del zumbido de los motores. Asentí deb

los dientes, impidiéndome ver entre nuestros cuerpos.

s que us

mierda, Charle

a y rígida punta contra mi entrada. -Suenas tan bon

inado , y enganché mi pierna alrededor de su cadera. Mi t

a cubrió la mía antes de que pudiera siquiera pensar en gritar, tragándome el sonido

D

mi

o fue

dé dónde estábamos cuando su ritmo empezó a ser implacable. Sus manos me empujaron hacia arriba, sus dedos clavándose en la parte posterior de los muslos con

ordenó en

upilas dilatadas, la mandíbula apretada, una sola ola de pelo o

ulgar presionando la bisagra. -Apuesto a que cr

mbió de actitud, y la risa se ahogó y se convirtió en un gemido

r. Cada embestida era deliberada, profunda, con esa precisión que me hacía temblar los muslos, me costaba concentrar

ela de mi vestido, antes de descender aún más. Mis manos se apretaron en la camisa que apena

a oreja. -Dime, Selena , ¿normalme

s crecía con la forma en que se hundía en mí. La mano entre nuestros cuerpos presionó

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