La broma que la destrozó
abitación del hospital al cerrarse s
o al profesor Andrade, mis palabras saliendo a borbotones en un susurro frenético y apresurado. Prometió ayudar
tragada por ella. ¿Por qué? ¿Qué había hecho para merecer esto? ¿Que me quita
sitarme. Lo explicó todo con una
ñas perfectamente cuidadas-. No me gusta verte feliz. Y además, de esta manera, no tienes más rem
era retorcida. Parecía pensar que al atraparme, al hacerme com
l viento azotando mi cabello alrededor de mi cara. Solo querí
allí. Me agarró, su r
ciendo? ¡Baja de ahí! -
cidarme -dije
gullador. Pensé que me llevaba de vuelta a mi habitación
s manos en mis hombros, su expresión una
. Necesita un riñón. Los médicos dicen que eres una pareja perfecta. Es por lo que pasó..
s ojos clavado
s. Te lo prometo. Solo sé una buena
a a cosechar mis órga
luchar,
ás loco? ¡
u voz temblando con una
Es la única manera! ¡Te
e mi cara. El mundo s
izquierdo y un dolor abrasador en mi costado. Una enfer
é, mi garganta en ca
a de esperanza de que todo
a enfermera estab
ón derecho, cariño. L
ojada, en
bajando la voz-. Pero la chica de la habitación de al lado... la que re
esto con
rlo por
sobre el costado de la cama, mi cuerpo protestando con una nueva ola de agonía. Salí de m
ente habitación. Kenia estaba sent
ntaba, su voz juguetona-. Dejaste que le quitaran el r
tó la res
mismo tono suave y amoroso
rás la primera
son
erdido al bebé. Además, le prometí que me casaría con
izo un
ella? ¿Después de todo? La es
rica brotó de mi pecho, rasgando el silencioso pasillo. Era el
había hecho mal? ¿Por qué me castigaban
era cierto. Me habían quitado a mi familia, a mi hijo, mi sal
a para mandar. Y no de
Miré a la feliz pareja en la habitación del hospital, mis verdugos, y
bi
y me alejé. No m