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Cenizas a Fénix: Un Amor Renacido

Cenizas a Fénix: Un Amor Renacido

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:1609    |    Actualizado en: 16/08/2025

fuego me dejó la espalda cubierta de cicatrices espantosas, pero le salvé la v

u regreso. Se suponía que me daría las gracias. En lugar de eso, le hizo una declaraci

rancaron el vestido para exponer mis cicatrices. Cuando unos matones contratados por Este

él corría al lado de Estela porque ella estaba "asustada". Lo

ional... no significaba nada. Para él, yo solo

dejó tirada en la carretera, todavía con mi vestido

aparecer. Luego

to -dije-. Y

ítu

azo de Julián, una presión pequeña y f

que hacer e

olante de su McLaren personalizado. Las luces de la ciud

o, Alba. Todo el

trataba de reclamar su trono. Julián de la Garza, el heredero del imp

speraba en la línea de salida informal. Estela Montenegro estaba al volante. Aceleró el motor, un des

ue todo lo q

ionando a Alba contra su asiento de cuero. El mundo se disolvió en un tú

desvió, un movimiento brusco y d

alto. Mi lado del coche se estrelló contra una barr

llamas lamían el capó arrugado. Julián estaba inconsciente, despl

otesta, pero lo ignoré. Le quité el cinturón de seguridad, luego el mío. El fu

restos, el coche explotó. La fuerza nos lanzó hacia adelante y una ola de calor me envolvi

nto antes de desma

li

hermoso y roto en una habitación blanca y estéril. La familia de la Garza p

ciaban. Aprendí a cambiar sus sueros, a hablarle durante horas sobre un mundo que no podía ver, a ignorar las miradas de lástima hacia las

un día,

ta en un traje a medida, el rey regresado a su reino. Una transmisi

ello alto para ocultar lo peor de las cicatrices. Se suponía que este también era mi momento. El mo

tas en la palma de su mano. -Mi regreso no habría sido posible sin el

or un segundo, Alba pensó que la estaba buscando. Pero

deslumbrante vestido rojo, una ima

o un cielo lleno de estrellas en San Pedro. Un

físico. Ese no era su recuerdo. Era de él y de Estela.

declaración pública no era

voción, de dolor, de sacrificio... ¿qué era ella? ¿Un r

ributo romántico a su dedicada prometida. Se volvieron para sonreírle, s

iluminando sus cicatrices, su estupidez. Podía sentir la textura áspera del teji

Había vendido las acciones de su propia empresa para pagar tratamientos experimentales cuando los médicos de la familia de la Garza se habían

s palabras para ella fueron: -Me ca

Nunca dijo

la niebla de su devoción. Él nunca la había amado. Todo

salir. Se dio la vuelta y tropezó haci

eño fruncido por la confusión. La encontró en el

bien? Justo i

hombre que amaba, sino a un extraño. Un niño

obre San Pedro? -preguntó

ómodo. -Yo... simplemente salió

No tenía por

n una máscara de inocente preocupación. -Julián, cariño. Fue un discurso h

en Estela, su cuerpo girando f

bien,

. Mi chófer... acaba de dejarme. No sé cómo voy a llegar a casa. Mi d

ansparentemente manipulador. Per

Grand Fiesta Americana. -Se volvió hacia Alba, su tono despecti

o alrededor de los hombros de Estela y la gui

su lugar, había una extraña calma

e había aferrado durante cuatro años fina

us mejillas calientes. En su departamento, abrió su laptop. Sus dedos vol

numerando sus antiguas calificaciones de pre-medi

ectrónico llegó a su bandeja d

ro de tres semanas. El mismo día que se sup

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