La lección más cruel del multimillonario
. Se llevó a Génesis y se fue, dejándome sola en
os y mis rodillas destrozadas. Para cuando tropecé por las puertas
iarme. Las lágrimas que pensé que se habían secado come
e la mujer que había amado a Héctor Garza. Él la
de hospital después del incidente de la bodega. Él la ha
e noche sonó, estridente y
sita un trasplante de piel de emergencia. El órgano donado está dispo
o dolor olvidado. "Háganlo. Cu
iendo con un terror familiar. Me senté fuera del quirófa
se abrieron de golpe. Un grupo de hombres de traje negro
, poniéndome de pie de un sal
do con tanta fuerza que caí. "Necesitamos la piel del donante. L
"¿Están locos? ¡Mi ma
e al final del pasillo, apoyada en muletas,
, querida", arti
ndo con los cirujanos, tratando de tomar físicamente la hielera que contenía e
migenia explo
is pulmones. Empujé a los hombres lejos de la mesa, p
!", rugí, mis
apareció en la puerta, su rost
fica esto?"
r, no quiere ceder la piel del
agilidad dolida. "Está bien, Héctor. Puedo esperar. No quiero que Al
. Les dio a sus hombres un seco as
brazos, sus agarres
. "¡Héctor, por favor! ¡Se está muriendo! ¡El
ia Génesis, su expresión suavizánd
a aquí", les dijo a los guardias que me sostenían. "Pero a
f
ravés del cristal, observé con horror cómo se llevaban la hi
onces
stante y desgarrador
iiiiiiii
pentino y ensor
. Tropecé hacia adelante
abía
única persona que me había amado
había