La lección más cruel del multimillonario
un nuevo tipo de infierno. No era la crueldad abstrac
rupo de mujeres cuyos ojos eran t
los ojos estaban sobre mí. La más grande, una mujer con
s reglas, nu
disparado, barriendo mis piernas. Caí al suelo, mi cabe
"Besa el suelo. Mues
adió. Temblé, pero me levanté.
e que mis oídos zumbaron. Caí hacia atr
ica?", escupió la mujer. Las otras se acerca
é en el suelo, tratando de proteger mi cabeza. El dolor
olo el pr
entras otra mujer usaba una aguja improvisada y tinta para tallar una flor cruda y fea en m
rrucada en un rincón, contando los minutos, las horas, hasta la prometida lib
día, un guardia abrió la ce
cuerpo un lienzo de moretones,
elegante coche negro. Génesis esta
nmoción cruzó su rostro. Vio mi labio partido, el more
?", preguntó,
a basta, Alina", se quejó. "No seas t
lo de preocupación extinguido por las palabras de
sonrisa amarga tocó mis labios. "T
ca
e un voto silenci
mi joyero, saqué un pequeño frasco. Una droga especial que César me había dado, una que
ndolo. Un destello de i
es e
ije, mi voz plana.
jo, su voz teñida de un extraño tono def
una respuesta más condenat
énesis. Tengo que irme. Ya les dije a todos que no te sientes b
, mi voz inquieta
on mi sumisión. "No
sentaría aquí y lo esperaría. L
otó en un caleidoscopio de colores. Fuegos artificiales. Para Génesis.
rima trazando un camino a travé
enido sin pensarlo dos veces. El l
ivos de Héctor y empecé a conducir hacia la sinuosa carre
no vibró.
?", preguntó,
", res
ella. La escena preparada está lista un kilóme
aré",
a la curva más cerrada, la que tenía el acan
era
estaba a pu