Su Juego Cruel, Su Corazón Roto
o inmobiliario. Durante tres años, el mundo fue testigo de nuestro cuento
lación era una mentira, un cruel "experimento social" de tres años que
que tenía tres meses de embarazo. Con el corazón destrozado, entré so
Héctor eligió "salvar" a Estela sin dudarlo, dejándome a mí para que me empujaran p
mi alma, él le dio públicamente todo el crédito a Estela, tachándome de f
l. Con un glaseado alegre, decía: "¡Lamento tu pérdida!
razón se convirtió en piedra. Me alejé de la
o en la garganta-, perdí la a
ítu
lición. Héctor de la Torre, el heredero del im
estado celebrando, pero en cambio, estaban
e arte con dificultades económica
ndo extrañaba su casa. Le compró una isla privada de varios millones de dólares para su cumpleaños. Incluso cerró un
hadas moderno. La chica pobre que
endo desarrollarse la h
rada de la década, Kenia Reyes preparó
, vertiendo cada gramo de su amor y talento en la seda y el encaje. Lo empac
de la familia De la Torre, Anabella Blake. Era un acuerdo
se acostó en una mesa fría. Una hora después, salió, dejando atrás un e
ntira. Su vida durante los últ
"experimento social" que Héctor había ini
ndo, y la voz del doctor era un
sita descansar y cuidarse. Evite el
bajo vientre, un vacío hueco que n
a mesita de noche. Er
resar y tengo que pasar un tiempo con ella.
enía ni idea de que ella lo había visto con Estela la noche anterior, besándola en el jardín de su penthou
el accidente había revel
de que ella acaba
on un mensaje
ocupes por mí.
niza en su boca. Sintió una lágrima escap
oraría más por él. No despué
stante fugaz, había sentido una oleada de esperanza. Un bebé. Quizás un bebé haría que Hé
lorido, el corazón lleno de una frágil esperanza.
que puso cuando me elegiste a mí
oma. La número 98 -había respondido Héctor, con la m
es lo que era. Otro de
e que la única forma de terminar el juego era abandonar el tablero por completo. El bebé no p
s citas. El abo
estab
datorio de su pérdida. Salió de la clínica al aire frío
aba su hogar, una de las empleadas domésticas salpicó deli
-La disculpa de la empleada estaba cargada de
a helada empapando sus zapatos. Sintió un calambre agudo en el est
. Una nueva ola de dolor l
antó con una sonrisa falsa. -Señorita Reyes, ha vu
reguntó Kenia, c
or De la Torre durante tres años. ¿No sabe dónde está? Está con la s
ba hacia su habitación. Todos apostaban cuánto tiempo
una cazafortunas
n equi
cer de sus vid
eña maleta. No había mucho que llevar. S
su pasaporte y su identifi
ánico creciendo. No podía ir
aba vueltas en la enorme cama, con el cuer
noche, la despertaron unas voces fue
os hacer esto? Acaba de tener ese pequeño acci
rado. Será la mejor de todas -respondió Héctor. Su
ló. Estaban planeando al
salir de a