Su Juego Cruel, Su Corazón Roto
, una orden silenciosa en sus ojos
fuera el juguete dócil y roto hasta que él
ero asintió lenta y delibe
ló. -Al menos
las escaleras, sintiendo sus mi
e, Héctor la acorr
, como si su mundo no acabara de se
ella, su
? Te encantaba planear nuestra
voz aguda-. Y además, nuestra acta de matrimo
o, Kenia. Mi abuela... nunca lo habría aprobado. La boda c
como si toda esta farsa fuera para su beneficio. Sus p
onaré. Después de que todo esto termine, te enviaré a París. Puedes estudiar a
un futuro en el que ella er
o. -Estoy cansada.
la había apaciguado. -Está b
en gastos para Estela. Desechó todos los planes de Kenia, cada detalle que ella
Ayudó a Estela con las pruebas de su vestido, escuchó sus alardes sobre
uete se estaba portando bien. Pero a medida que pasab
gió una noche, agarrándola del
-respondió ella con calma-. Qu
n príncipe con su traje a medida. Kenia captó su mirada y sintió un fa
eño fruncido. -¿A quién le
la pantalla de su cel
ió él, tratando d
mi cumpleaños -dij
hombre que decía amarla, que había compartido cama
Señor, es hora de irse.
ocuparé de esto más tarde -dijo, su voz baja-. Después de l
n hombre que llegaba
esperarte, Héc
o frente a la mansión vacía. Su
te espera,
ella y Héctor, una selfie sonriente de su primer aniversa
asa por última vez. Se sintió como d
da más que su pasaporte y su coraz
regó una botella de agua y l
elantero, se transmitía en vivo la boda. Héctor y
sión, la boda, su antigua vida, todo
bre. Y nunca, jam