El Marco del Marido, la Feroz Justicia de la Esposa
peinado. Se movía con la misma confianza natural que encantaba a los jurados y desarmaba a
che, mi cuerpo recordando un tiempo en que su presencia sig
ando en mi brazo. El toque prete
Estás e
onder, otra voz cortó el
querida, por
ali
brazo como si estuviera ardiendo. Se volvió hac
, su cabello rubio atrapando la luz de la tarde. Se apresuró hacia
ojos brillando con lágrimas no derramadas-. N
nosotras. Su tono era firme, una orden sutil-. Catalina
staba diciendo que le debía algo. La injusticia d
ra decir algo, cualquier cos
dos están
urmullo de la conversación se detuvo. Todos los ojos se v
lla? Se ve
ropio padre.
No es nada compa
familia de mala muert
untos en la facultad, ¿sabes?
e volvió forzada. Me acercó más, su brazo rodeando mis homb
ró en mi oído, su alien
rpo era un bloque de hielo. No me apoyé en
eliberadamente,
n destello de algo -confusión, tal vez incluso do
de una pesadilla. Después de un día estresante. Había
única persona de la que habí
sitaba su
ía controlar mi reacción, y eso le molestaba. Di
e la terraza, su voz r
ile
s murieron
iendo a la multitud-. Esta es mi esposa, Sofía Cárdenas. Ha p
nto una actuación como
más fuerte que conozco, y está en casa. Conmigo. Si alguien ti
la terraza. La gente se movía
en sus ojos antes de que fuera reemplazado por su característica mirada de frá
sorbo dr
hacia mí, su voz sonan
. Bienven
ante, sus ojos f
odrás perdonar