La venganza tiene muchos rostros: el de ella, el mío
lo, empapando el cementerio en un manto de tristeza. Estaba de pie ante l
Una lágrima se deslizó por mi mejilla, luego otra, mezclándose con las
erba mojada. No me molesté en recuperarlo. Dejé que la lluvia fría me pegara el pelo al cuero cabelludo, se filtr
rtes guiándome. Recordé que se quedaba despierto toda la noche para ayudarme co
or que comenzó en mi alma. Caí de rodillas en
li
Un gran paraguas negro apareció sobre mi
icado de lodo. "No deberías estar aquí bajo la lluv
mi padre y que ahora estaba aquí fingiend
az, su expresión se suavizó en una ternura genuin
ntándose. "Bárbara no se sie
iente bien", repetí, mi voz plana. "Mi padre está muerto, César. Muerto
, una tos violenta sacudió mi cuerpo, y escupí u
era un reloj implaca
importado. Siempre se trató de la venganza por Bárbara. Si
tumba, una extraña sensación de
tando en protesta. Necesitaba mi medicación. Tomé un
silencioso hacia la farmacia, escuché voces desd
, preguntó Bárbara
ematorio fue muy cooperativo después de que el señor
zón se
vo', lo llaman. Mezclaré sus cenizas en el medio de la pintura. Será inmortalizado en mi obra maestra
giraron, sus ojos se abrieron de par en par
momento, corriendo hacia ell
xpresión en mi r
su voz una adv
rota extendiéndose por mis labios.
. "Te llevaré a una fiesta. La inaugurac
de puro y silencioso horror. Me estaba llevando a ver lo