La venganza tiene muchos rostros: el de ella, el mío
tro, calientes y silenciosas. N
e levantó en sus brazos como si fuera una amante preciada y desmaya
vuelta al auto. El viaje fue silencioso. Miré por la ventana
mos a una villa moderna y enorme, colgada de una montaña
dejó en la sala de e
asa", dije, co
dose la corbata. "El viejo lugar está vendi
r con un nudo en la ga
de segundo. "Está estable. Los mejores médicos l
staba demasiado agot
hierro. "Fui un cabrón allá atrás. Fue para el show. Para los medios, para los inversionistas. Para matar de una vez p
smo guion, las mismas palabras vacías. Mi corazón se sentía como una cosa marchita y muer
ésar?", pregunté, mi voz
quieras. Una vez que estemos cas
. "¿Y cuánd
álsamo calmante de puro ven
ente de su teléfono lo detuvo. Lo sacó, su e
levantándose abruptamente. "Tengo
bitación, dejando su tab
desbl
taba abierta. La conversación era entre él y Bárbara. Mis ojos
cara? No tiene pr
de lo que parece. Per
tuación del viejo? Los doctor
irar cualquier medida 'agresiva' para salvarle la vida. Un poco de negligencia médi
es de jugar con tu pajarita de la
re lo he sid
de mí. No era solo traición. Era as
ontré la habitación que había preparado para mí. Era una réplica perfecta de mi ant
de César y yo, tomada en nuestro primer aniversario.
l marco y lo estrellé contra la
s lápices ópticos de arte digital, las herramientas de mi oficio, lo mismo que Bárbara me había envidia
r estaba allí, su rostro furioso.
o, mi pecho agitado. "De
ás lo
. "Los médicos de la cárcel dijeron que el cánc
de... algo. No era preocupación. Era mole
e a sus brazos.
é. "No m
llamadas, luego a mí, su mandíbula apretada por la
ó, y salió, cerrando
ra una transmisión en vivo de un evento de alfombra roja. Y allí estaba César, sonriendo para las cámaras, con Bárbara Cantú d
arlo. Yo solo era un fantasm