La niñera del bebe del CEO
go que no dejaba de rondar en su mente. El bebé, un pequeño rayo de sol con su risa contagiante y sus ojos curiosos, había sido una distracción constante qu
o era una tarea fuera de lo común, había algo en su voz que la hizo sentir una extraña presión. Como si, d
lgo sudorosas, se dirigió al pasillo, tomando la dirección hacia el despacho de Iván. La mansión, silenciosa como siempre, parecía tener algo de opresiva en su vastedad
luz cálida de las lámparas iluminaba una mesa de madera oscura. Iván estaba sentado detrás de ella, mirando unos documentos. No levantó l
con voz baja y controlada, l
ntando leer lo que podía en su expresión. Pero la verdad es que Iván nunca fue fácil de l
parece estar muy cómodo contigo. Eso me tranquiliza. Pero
a tensión crecía en su pecho. Había algo en el aire, algo que l
tó, buscando una for
elerara, pero esta vez no fue por la incomodidad del lugar o la autoridad de él. Había algo más en su mira
abra como un peso en la habitación. -Sé que no
el todo. El ambiente, que ya estaba car
n susurro, temiendo que lo que venía
uieto, como si lo que iba a decirle le costara. Clara lo observaba sin poder apartar los ojos, un
eniéndose justo frente a ella-, en
sapareció. Las palabras de Iván la golpearon con fuerza, y no pudo evitar un estremecimiento. ¿Cómo era posible? ¿Cómo podía saberlo? Ella, por su p
vívida y clara: la conexión instantánea, la intensidad, la forma en que se habían perdido en el uno al otro
s labios se curvaron en una leve sonrisa, pero esta no era una sonrisa de s
la fiesta, y por alguna razón, no pude dejar de pensar en ti. No lo hice a pro
abras adecuadas. En ese momento, una parte de ella deseaba que todo fuera una ilusión, una
untó Clara finalmente, su voz sonando m
relajada. Parecía que la tensión en sus hombros se alivi
por su rostro-. La situación con mi hijo es complicada, Clara. Mi vida personal es... compleja.
esa noche antes solo añadía más misterio a todo lo que rodeaba su vida. De alguna manera, se sentía
sión palpable, como si todo el aire de la habitación estuviera lleno de posibilidades y de dudas. Había un des
in, su voz más suave, más vulnerable de lo que Clara había imag
la? ¿Para su trabajo? ¿Para el bebé? La conexión que había sentido con Iván la noche anterior seguía ahí, pero tambi
e-. No sé lo que esto significa, Iván. Pero lo qu
ninguno dio el siguiente paso. La revelación había cambiado algo en ambos, pero la incertidumbre seguía flotando en