ub se hubieran apagado por un segundo. Desde lejos, vi a Sebastián mirándo
ensual, y antes de que pudiera procesar lo q
el tono de su voz sonó más como
lo que fuera- podía terminar mal. Pero mi cuerpo ya estaba decidiendo por
, colocó una mano en mi cintura y la otra entrelazada con la mía, nos movía
o que podía notar el calor que desprendía, mi corazón latía como loc
n -dije, intentando romper el
moverme bien es una de ellas -respondi
no encontré las palabras. Entonces, sentí a alguien más cerca, giré la cabeza y vi a Leonardo Varela
nció de que era mejor pasar tiempo con él que conmigo
pretó mi cintura con más fuerza, como si
istente, Varela -replicó,
sentí atrapada en medio de algo peligroso, como si
jo Varela, mirándome de una f
so adelante, ponié
a tu amabilidad
como rindiéndose, pero esa
la bien -dijo, y se alejó, no sin antes lanzarme u
davía serio, lentamente, soltó mi c
guien con quien quieras meter
por todo lo que acaba
s alguien con qui
io una sonris
y se alejó, dejándome en la pista con e
envié un mensaje a Sebastián, no quer
no hubiera dormido nada, lo sucedido en el club seguía en mi c
efinirlo todavía, Lisandro me tuvo tan cerca mientras bailábamos, co
an como si no hubiera escapatoria, en ese momento solo existía él, s
iel por el sudor, fui al baño y me miré en el espejo. Mi pelo estaba re
tentando sacarme esas imágenes de la cabeza, pero no funcionaba. Cerraba los ojos y lo veía: jeans oscuros
rado en el sofá con un café en la mano y su típica sonrisa, cuand
n gesto exagerado-. ¿Qué tal dormiste? O mejor dicho, ¿qué tal soñas
me tiré a su lado, robándo
as. Fue una noche
tan fuerte que cas
un incendio nivel nuclear, ese hombre te tenía pegada a él como si fueras s
s, intentando p
astián, no hagas u
n el sofá y mirándome como si fue
si quisiera comerte viva ahí mismo en la pista... Eso no fue un simple bailecito. Y tú, mi a
ponía roja, pero no
mirando el cojín como si fuer
inclinó más, bajando la voz como
no, vamos, suéltalo: ¿qué pasó por tu cabeza cuando Lisandro te tuvo pegada a él?
dida, pero no pu
por Dios! ¿Qu
ombros, sonriendo
un jefe guapo con quien fantasear, así que vivo a
rindiéndo
carlo, cuando me tocó, fue como si todo lo demás se apaga
ó como si hubiera
as arriba, ahora dime, ¿qué tan intenso? ¿Te dio cos
mpujón sua
, ero sí, fue mucho. Sus manos, su mirada...
enormemente y soltó
sto es mejor que una telenovela. Cuéntame todo, no te g
n a la cara, ri
sperté sudando y con el corazón a mil. Y ahora no sé c
serio por un segun
hombre que te sacude entera. Y por lo que vi anoche, tú también lo sacudes a él, la forma