El Precio de Hacer Milagro
ca, pero las implicaciones eran aterradoras. Estaba envenenando l
rmera. "Y documente cada reacción cutánea que te
rendiendo la grave
edad de Sofía. En mi vida pasada, su fe ciega en Marco la llevó a sacrificarme. En esta vida, esa misma
siempre proclamando su inminente recuperación, él siempre a su lado como el devoto salvador.
itación del hospital, ocu
un movimiento. Un espasmo. Los dedos de la ma
ón dio u
a. "Camila", susurr
pados t
imero, movimientos más consistentes en sus manos y pies. Luego, un día, mientras la Sra. H
un milagro médico sin precedentes. La Sr
eto. El mundo exterior todavía creía que yo es
chas rojas y dolorosas cubrían sus piernas, que ahora estaban hinchadas y descoloridas. Marco le decía que era "e
día. El último día
llamó "El Renacimiento de Sofía". Había invitado a toda la prensa, a la alta sociedad,
ón. Marco y Sofía estaban en un pequeño escenario, bañados por la luz de lo
proclamaba. "El día en que el amor demuestra ser la medicina m
los que habían apostado en mi contr
do! ¡Con la ayuda del agave de fuego y el poder de
ntes de una fe fanática, asintió. Con la ayuda de Marco, se agarró a unas barras paralelas que
contuvo la
grandes puertas dobles del
lado, de pie, erguida y con una fue
mentía las semanas que había pasado en cama. Su madre estaba detrás
pulcral cayó s
medio camino de los labios. El sonido de un centen
los ojos estaban fijos en Camila, la mujer que se suponía
fue total
o fortunas en mi contra se pusieron pálidos. Uno de ellos dejó caer su
ble...", tart
Herrera!",
do. Lo habían perdido todo. El sonido de sus gemidos de desesperación y sus mal
uedado congelados, mirándonos con puro y a
illa apena