Entre telas y secretos
bieran rendido durante la noche. El despertador no había sonado aún, pero su reloj interno la empujaba a salir de la cama. T
ñana, algo
o de la cabecera de la cama y cerró los ojos por unos segundos, esper
sulta familiar. Su piel, normalmente luminosa, lucía más apagada. Había pequeñas sombras bajo sus ojos
que co
otoño-invierno, presentación de ventas, y una llamada con el grupo inversor europeo que estaba interesado en abrir puntos de venta en
, su mente esta
la etiqueta mental de "error". Había decidido seguir adelante, sin mirar atrás. Pero su cuerpo no cooperaba. No
volvió. Esta vez fue más insistente. Cerró los ojos por un segundo
la sacó del trance-. ¿Quiere que le
se obligó
l aire acondicionado,
n la preocupación. No insistió, pero se qued
e su chef personal le había preparado y enviado con una nota cariñosa. Se limitó a mirar el techo por largos minutos, con la mente llena d
o, su corazón
o
odía
, de un lado a otro, luego se detuvo frente al ventanal que daba a la ciudad. Desde allí, todo parecía en
iedad. Porque si se confirmaba, si esa posibilidad remota resultaba ser real, ent
n la p
na al asomar la cabeza-. Tienes prensa afuera.
jos, contuvo un susp
nutos -dijo c
cial de su marca, fotos en el showroom, saludos cordiales a periodistas que querían titulares de impacto. La CEO
movía. Como una corriente sutil que
ender la cafetera, aunque sabía que no lo terminaría. Caminó descalz
nces que
manas atrás, cuando las sospechas eran apenas susurros. Un test. Nunca creyó que tendría q
ahí e
s lo sacaba del empaque. Las instrucci
que parecieron
s pasarelas de Milán. Pensó en su infancia. Pensó en los ojos del hombre con quien compart
dor de su te
ntamente. Ce
ab
ndo se
lí
irmes. In
mirando su reflejo, viendo a una mujer que jamás había planeado ser madre, pero que ahora lo era. Una muje
: su vida había ca