Entre telas y secretos
esar al sueño. Una sensación extraña le recorrió el estómago, un leve malestar que nunca antes había experimentado. No
la ciudad comenzaba a despertar, pero ella sentía que estaba atrapada en una burbuja temporal
te a la ventana. Miró los primeros rayos del sol colándose entre los edificios, sintiendo cómo un
pensó, aunque sabía
o profundo la invadía sin razón, como si llevara un peso invisible encima. En las reuniones, su mente se dispersaba con facilidad. Intentaba concen
y una súbita oleada de náuseas la obligó a detenerse contra la pared. Nadie la v
lo el cansancio o el estrés. Era algo más profundo, algo
estas inmediatas. Pero Victoria apenas podía sostener la mirada fija en la pantalla de su teléfono. A veces, un
io. Cerró los ojos y dejó que el aire fresco le acariciara la piel. In
esconocido, la simpleza de estar sola y a la vez acompañada. La imagen del vagabundo volvió con detalles que hab
e irritación y curiosidad. Había sido un momento fugaz, un escape, na
Tenía una empresa que dirigir, un legado que prot
en el sofá con un libro de moda antiguo, uno que solía releer cuando neces
Se detuvo frente al espejo y estudió su reflejo. Los ojos cansado
o lo s
si dudó si había sido real. Se tocó la zona con cuidado, como s
ió no obs
e dijo en voz b
pensar en esa extraña sensación que se negaba a desaparecer. Algo estab
había sido un simple error. Quizás había sido el comi