Entre telas y secretos
r. Se trataba de una gala benéfica organizada por una de las fundaciones que su empresa patrocinaba. Un desfile al aire libre, decorado co
ue ya comenzaban a incomodarla al cabo de las primeras dos horas. A su lado, caminaba Martina, su asistente de confianza, y detrás de ambas, dos diseñadores invitados
mpezaron a resonar sobre el mismo camino de grava que había pisado aquella noche semanas atrás. La misma senda silenciosa, custod
o ese banco viejo de madera, semiescondido por la sombra de una bugambilia desbordada. Allí donde lo había visto por primera ve
capa de abandono que lo había envuelto entonces. El cambio era sutil pero palpable. Como si aquel
ninguno de sus acompañantes notó nada extraño. Solo Martina, que venía justo a su
eroux? -preguntó con
ió con una son
necesitaba resp
detengamos
respondió con rapi
cado junto al de aquel hombre, del calor compartido en la noche fría, del momento de debilidad que había intentado enterrar desde
an de tejidos reciclados, de la responsabilidad ecológica en el diseño, del futuro de la moda con IA y realidad aumentada
. Y entonces lo sintió: una punzada nuevamente en la parte baja del abdomen. No fuerte, pero suficiente para incomodarla. Se ender
preguntó, queriendo desvia
ces cálidas. Victoria se mantuvo cerca, sin sentarse, evitando el cansancio que empezaba a acumularse en s
n men
a seña
era si quería
que algo dentro de ella se había movido. Volver a ese lugar, verlo vacío, había desatado algo que no podía nombrar. Unae la silla del vestidor, y entró a la ducha sin encender la luz. Solo el sonido de
no
pod
os lugares t
las telas más finas, siempre encuentr