Un CEO Vengativo
uspicaz, tan bondadosa, como autoritaria, tan amable, como mordaz
ran en la laguna, desde su montura supervisaba personalmente que todos los animales bebieran, acostumbrada
ue la nostalgia la invadiera... En ocasiones estaba tan cansada de luchar, quisiera
y reunió cada centavo libre para comprar aquellas tierras, querÃa darle a su adorada esposa un hermoso lugar para vivir, su madre
jando a la familia sumidos en un dolor inimaginable, por eso y por más, Savannah se habÃa esforzado a diario por demostrar su
muy linda, y con un brillante futuro como esposa y madre, pero Savannah, a pesar de haber ten
lleno de curvas en los lugares indicados, sabÃa lo mucho que brillaba su larga y oscura cabellera negra, lo elegante de su nariz o lo carnoso de sus labios... solo vanidades, superficialidad, no, ella querÃa un
nte la no
la voz de su ayudant
e que todas beban, hay m
cabalgar de regreso... Ella era una excelente amazona, buena con las cuentas, amante de las letras y c
ella, los pantalones jeans acentuando sus largas y atléticas piernas, su blusa blanca un poco ancha, y sus botas de cuero favoritas, c
amioneta de Tom, y eso la puso de mal humor, en cuanto se ace
acercó, hasta quedar muy c
ncantadora.- Tom la sal
qué puedo ayudarte?- co
sonrisa iluminó su rostro- tu mano en
l mentón con orgullo- asà que sube
tÃa acaba de invitarme una taza de café.- la mu
cerca, lo ató permitiéndole beber del cuenco en el piso, palmeó el lomo del animal y luego volvió para enfrentar a su no invi
la recompensa está guardada
una vez, no voy a casarme contigo y no voy a venderte mi propiedad, puede que esté teniendo dificultades pero soy perfectamente capaz de mantener el legad
tábamos juntos-sonrió, y Savannah dió
as- dijo en forma amenazante, el hombre frunció el ceño evidentemente
*****************
del auto de Dylan, asà como las indicaciones de los lugareños, estaba por llegar al rancho B
ido, sus trajes hecho a medida que usaba en las salas de reuniones no servirÃan en un ambiente como aquel, asà que dos pares de jeans, algunas camisas y un par
en lo que seguramente serÃa la puerta principal, estaba estacionado justo en
e ingresar por el camino de gravilla que lo llevarÃa justo hasta quedar junto a la par
itando su cabello marrón, color c
eguntó el hombre de mala gana,
de pronto, con voz firme, el hombr
timamente- respondió con ironÃa. Maximilian
ien recibidos.-respond
a Dylan Becker- dijo con sarcasmo. Lo
la mujer, estuvo a nada de salir en defensa de su primo. ¿Con qué derecho se enojaba al escuchar el nombre de su primo?
, le dió vida al motor y se alejó rápidamente levantando pequeñas piedras cuando rechinaron las llantas... Savan
y que buscas en mis tierr