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Capítulo 1 momento de dolor

Capítulo 1 - Conociendo al paciente

NARRA CIÓN ENZO

Entro al hospital para otro turno.

- ¡Buenas noches, Fátima!

Nuestr a dulce recepcionista sonríe cuando me ve.

- ¡Buenas noches, doctor Aguiar!

Me dirijo por el pasillo hasta el vestuario de los médicos.

Entro y voy a mi casillero.

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Lo abro y meto mi mochila dentro. abro la cremallera

y lo dejo abierto mientras me quito la camisa.

Saco mi camisa blanca y mi bata de laboratorio de la

maleta y guardar la que era.

Antes de ponerme la ropa, voy al fregadero y lavo la

rostro.

-Enzo...

Veo entrar a Mauricio con cara de cansancio.

- ¿Cambio difícil?

- Muy.

Es oncólogo pediátrico. el hospital donde

trabajamos tiene su propia ala para pacientes

con cáncer

Yo también soy oncólogo, pero atiendo a adultos.

- Sigo sin aceptar el hecho de que un puro y

lleno de vida quedo así por una enfermedad

muy cruel.

Se sienta en el banco y comienza a quitarse la ropa.

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- Hay gente que no merece pasar

tanto sufrimiento Mauricio, pero pasan.

Me seco la cara y camino hacia él, sentándome a su lado.

lado.

- Mi madre siempre me decía: No cuestiones la

Voluntad de Dios. Él sabe por qué.

Le doy una palmada en el hombro y me pongo de pie.

- Pensando en ello dejé de preguntarme por qué

ciertas personas sufren.

Poniéndome la camisa y la bata de laboratorio, cierro el

la puerta de mi armario.

- Voy a mi turno.

- Entonces pasa a ver a mis hijos, por favor.

- ¿No tienes un pediatra en tu sala hoy?

- Posee...

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Voltear los ojos.

- Pero no me gusta la forma en que Gilberto trata a mi

pequeña.

- Puedes dejarme ir allí.

Salgo del baño y me dirijo al mostrador.

central.

- ¡Doctor Aguiar!

Cássia, la médica responsable de Oncología,

enfoques.

- Sra. Lins.

Él sonríe y se apoya contra el mostrador, mirándome.

- ¿Hacerse cargo del turno ahora?

- Sí.

Respondo mirando los gráfcos. Lo siento si

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acercarse y permanecer indiferente.

Ella ha estado invirtiendo mucho para que nos vayamos y yo vengo

difícil de ignorar.

Cassia es la esposa del dueño del hospital y la última

Lo que quiero es problemas y dolor de cabeza.

- ¿Qué piensas de un desayuno al fnal de tu día?

de servicio?

Agarro mis gráfcos y lo miro a la cara.

- No creo que a tu esposo le gustaría verme con

el medico

Cojo un bolígrafo y esbozo una sonrisa.

- ¡Disculpe, Dra. Lins!

***********

Entro en el pasillo de la sala de adultos. Jessica me mira y ahora

sonrisa.

Ella es la enfermera que me acompaña en mi

cambio.

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- ¡Buenas noches, doctor Aguiar!

- ¡Buenas noches, Jéssica!

Caminamos uno al lado del otro por el pasillo.

- ¿Cómo están las cosas aquí?

- El señor Benjamin sigue siendo el mismo.

Empiezo a reírme en su cara.

El Sr. Benjamin está en la etapa terminal del cáncer.

en el pulmón

Aún sin poder respirar y casi sin fuerzas,

intenta seducir a Jessica.

- ¿Cuál fue la diversión del día?

Ella comienza a reír.

- ¿Crees que levanté la mano para ver el acceso y

¿¡empujó su mano a mi pecho!?

f

Mi risa sale fuerte y trato de controlarme.

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- Dijo que la mano estaba pesada y necesitaba apoyo.

- Pero, ¿y si realmente no pudiera sostener su mano?

- Dr. Aguiar, si me hubiera apoyado

Lo creería, pero el bastardo siguió adelante. dio un apretón

fuerte.

Me detengo frente a su puerta.

- ¿Lista para ver a tu novio?

- ¡Para! Eso no es divertido.

Dice palmeándome el hombro.

Abro la puerta del dormitorio y entro. Sr. Benjamín

tan pronto como ve a Jessica sonríe.

- ¡Buenas noches, señor Benjamín!

Me mira y me guiña un ojo.

- ¿Esta todo bien?

Dice que sí con la cabeza.

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- Escuché que le estás dando trabajo a la

nuestra enfermera.

- Ella es difícil...

Susurra con la máscara en la cara y empiezo a reír.

- Sigue intentándolo, que una hora ella cae en tu

encantos

- Dra. Aguiar...

Jessica dice riendo, poniendo sus manos en sus caderas.

- Me gusta la forma determinada de nuestro amigo. Solo

Creo que deberías darle una oportunidad.

El Sr. Benjamin sonríe y sé que ella nunca

Me involucraría con él por dos razones.

Es nuestro paciente y tiene 82 años, el triple de la edad de

su edad.

- Cualquier cosa que presione el botón.

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- ¡Correcto!

Su voz es débil y salimos de su habitación.

Camino a través de algunas camas familiares, solo para

saber cómo son y comenzar ofcialmente mi turno.

- Parece que tenemos un nuevo paciente.

Veo el gráfco de Larissa Martins. ella es nueva

solo tiene 27 años.

- Larissa se registró hoy. leucemia descubierta

esta semana, pero no permanecerá hospitalizado

para el tratamiento todavía.

Jessica dice con ojos tristes.

- Un mes antes de tu boda.

Siento una opresión en el pecho.

- ¿Sin marcar?

- Sí. Dijo que no quiere casarse enferma. Te gustaría

recuperarse y casarse bien. No pretendas ser una carga

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para el futuro marido.

Analizo algunas de sus pruebas.

- Los exámenes están incompletos.

- Sí. El Dr. Lins ya ha pedido hacer los demás y

estamos esperando los resultados.

Nos dirigimos por el pasillo hasta su habitación. En

puerta del dormitorio, veo una señora y un hombre de

mi edad discutiendo. Probablemente la madre y

prometido del paciente.

- No podré quedarme a su lado así.

Casi grita y la mujer llora aún más.

- Larissa necesita todo el apoyo posible en este

difcultades. No puedes abandonarlo.

El hombre está nervioso y ella está triste.

- No puedo perder mi vida al lado de Larissa.

Dios sabe cuánto tiempo estará en tratamiento y

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si sobrevivirá.

La ira crece en mi pecho. mi voluntad es

echa a este idiota de este hospital.

Los dos notan mi acercamiento y el de Jessica.

y deja de hablar.

- ¡Buenas noches!

Digo deteniéndome frente al idiota.

- ¡Buenas noches!

- Soy el Dr. Aguiar, el médico responsable de esto.

cambio.

La señora se acerca.

- ¿Alguna noticia sobre los exámenes de Larissa?

- Todavia no. Estoy esperando su regreso.

Ella baja la cabeza llorando.

- Necesito ir.

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El idiota me pasa y se aleja.

- José...

La mujer llama, pero él la ignora.

- Lo siento mucho. Ha sido difícil para todos

La situación de Larissa.

Tomo tu mano con ternura.

- Si no quiere quedarse, no lo obligues. tu hija no

no merece la piedad de nadie. Ella no eligió quedarse

enfermo y si no lo acepta así es porque no

merecer.

- ¡Gracias!

Sonrisas y suspiros.

y p

- Soy Deise Martins, madre de Larissa.

- ¿Entramos a ver a su hija?

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- Seguro.

Entramos y la habitación está a oscuras. caminamos hacia

camilla y veo a una hermosa joven, acostada y durmiendo.

Su piel es muy blanca y su nariz es perfecta. Su

Los labios son llenos y muy rosados.

Tiene el pelo largo y oscuro. Me acerco

más y mientras la tenue luz ilumina tu

cara, veo pequitas que la dejan quieta

más encantador

- SRA. Martín...

La llamo y ella suspira. Con difcultad se abre

los ojos.

Luego, hermosos ojos azules me miran fjamente. me pierdo

en el azul puro y tranquilo de tus ojos.

Creo que nunca había visto un azul tan hermoso. ¿Está por ahí?

se parece a un ángel.

Parpadea un par de veces, tratando de mirarme.

- ¡Hola!

Su voz es tranquila y dulce.

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- ¡Hola!

Una sonrisa llega a tus labios y me atrapo

sonriendo también.

- Tú sabes mi nombre, pero yo todavía no sé el tuyo.

- Enzo... Enzo Aguiar tu médico.

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