icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Un CEO Vengativo

Capítulo 9 Pasión en medio de la tormenta.

Palabras:2036    |    Actualizado en: 07/12/2024

a dicho, Maximiliano observó preocupado que parecía ser una aber

entrada de la cueva y sintiendo cierto temor, nunca, n

a, tal y como hacemos nosotros ahora mismo, nos quedaremos aquí hasta que

onocido, quizás se debía a su enorme estatura y ese porte tan varonil... el hecho que él hubiese salido en su defensa de manera inmediata lanzandose contra Tomás para defenderla de aquel golp

servándola, a veces con intriga, con deseo, con admiración y en otras ocasiones parecía mirarla con algo parecido al... ¿desprecio?,

ad, una terrible combinación, en cuanto se libró de su sombrero, Maximiliano pasó saliva, recordándose una y otra vez, que tenía una cuenta pendiente con aquella mujer, una deuda de sangre y que no podía permitir que s

la ropa empapada, pero aquí estaremos bien

e Savannah saltó con violencia, ante la insinuante frase y la verde

s separaban... Maximiliano abrió los brazos, estrechándola c

nah elevó los ojos y le miró fijamente.... esos ojos... esos maldit

más bonitos que

razón, eran los ojos más hermosos e inususales del mundo, n

es, que se oscurecian de pronto como un sombra q

?- preguntó con una vo

ntraste con el calor que recorrió ambos cuerpos, como si hubiesen sido víctimas de una descarga eléctrica. Savannah gimió y gracias a la prodigiosa es

, abrió la boca facilitándole la tarea, gimiendo dentro de su boca, las manos de ella, bajaron al cuello, acariciando, tocando, se colaron bajo la camisa de él y lo escuchó gemir por el contacto, también quería que él la tocará, que la acaricia

! - se quejó con u

cordandose mentalmente que aquella era una misión,

muy filosas, me han

a risa sincera, escandalosa y fresca... y Maximiliano pensó en que era la primera v

.. realmente me duele- él asintió, con cuidado la colocó en el su

uesta para él. Ella se había quejado con justa razón, tenía varios puntos enrojecidos, miró la pared

frente.- para ser un foráneo besas bastante bien.- bromeó el

sonrió devolviendole sus palabras, observándo sus o

al rancho, tengo muchos ases bajo la man

a contra la pared, asegurándose de que no se lastimaría, abriendo las piernas y palmeando el lugar la invitó a sentarse- ven aquí antes de que te congeles, señ

o arruinado-dij

habrías arrepentido.- le

preguntó frunc

estos a la hipotermia- Savannah se estremeció, él había admitido abiertamente que le deseaba, ella son

ijo sonriendo- pero me gusta que coquetees, m

habrá.- le dijo él dejádo en cla

- esperemos pase la tormenta, señor Neumann.-añadió con una enorme sonrisa y Maximiliano quiso decirle que

esaba pronto, terminarían pasando la noche en aquel lugar, y de ser así posiblemente terminarían muriendo de hipotermia.

ó y nada tardó en ponerse de pie, lame

unca acabaría- dijo Max,

llos hayan vuelto, de lo contrario la caminata será larga... Neumann- lo mi

¿

inar, el terreno pu

inar...-dijo ocultando la frustración que sentía, lo que menos deseaba era volver caminando, y no únicamente por la enorme distancia, si no que el terren

e ella parecía dar pasos firmes y estables... caminó lo mejor que pudo, pero perdió

amente extendido en el charco de lodo, Savannah no pudo evitar la fuerte carcajada, mientras lo veía enojado l

Max no la estaba pasando nada bien, completamente cubierto de

nah se sostenía el estómago con fuerza mientras lágrimas oc

só que sin duda debía ser algo muy chistoso de ver... el enorme y fornido citadino que bat

erse de pie, Maximiliano tiró con fuerza de ella, haciéndola caer a su lado... un gri

odo y lo miró, mientras se limpiaba el rostro-¡Esto no es justo!- pero ahora era el turno de él, de reír fue

eír también empujándolo, una lucha de ambos contra el otro y contra el lodo, mi

ino, cubiertos de barro desde

, sé que no me veo nada bien, pero soy yo - susurró en tono tranquilizador - soy yo, preciosa Tormenta...- después de algunos minutos, el animal le permitió acercarse, y unos minutos después la pareja estaba sobre los lomos de la yegua, camino de

intiendo como el lodo se endurecía en todo su cuerpo, per

nta quien vino por mi, así que... guarda silencio Neuman

más a su enorme y duro cuerpo- será un viaje interesante - re

Obtenga su bonus en la App

Abrir