Casada con el monstruo
*
me ama mientras me trata como a su peor enemiga es un completo desvarío. Si estuviera en mi l
no me quedaré de brazos cruzados mientras Benjamin introduce a otra mujer en el mismo espacio que yo. Me iré, pase lo que pase, sin importar las advertencias de ese anciano. Como él mismo dijo, no debo
me volver a la cama. Seguramente estas son las consecuencias de no haber comido bien, de haber perdido tanta s
didad de las heridas, al punto de hacerme arder. No puedo apretar el puño ni utilizar mis manos para cualquier necesidad di
sobresaltar. Esperaba a Calista, o a mi suegro que parecía preocupado por mí, quizás a Be
me. No tengo idea de lo que podría ser; tal vez quiere
to resentimiento hacia esta familia, ya que me ignoran y
rlo -su respuesta me so
ntes de que él pueda responder, continúo-.
ndividual, alejado de mí. La distancia entre nosotros es evidente
or ser una simple campesina? -exploto sin darle la oportunidad de explicarse, pero es porque estoy harta
ojos dorados. Es extraño que toda la familia tenga los mismos rasgos. Richard es claramente mayor que yo, pero guapo,
e parec
ia sonrisa sarcástic
n hombre que, cuando me veía, apartaba la mirada, pero ahora estamos hablando casualmente,
na espía que me vigila todo el tiempo, las sirvientas de aquí me odian por mi origen, el señor Charles es una máscara en blanco, me trata bien pero desconozco sus intenciones. El señor James da señales de estar
ncerlo para que me saque de aquí. Lle
n este matrimonio, porque créame, yo ya no quiero
matrimonio no se
porta. Quiero sepa
puedes salir d
r qu
tu
mi vida es un desastre es
o a
a a mi cerebro que no expreso con mi boca. Claro que lo amo, me casé
ntan eso? Amarlo o no es
ción, se escucha una voz familiar. Richard se pone de pie y camina ha
cuerpo vuelve a traicionarme y me tambaleo, pero Richard es más rápido que mi caída y me atr
ncontrarme con sus ojos penetrantes, ahora oscure
nde a ambos, sacándonos de nuestra burbuja ensimismada. La puerta
tuve -explica Richard calm
e incumba -añado. No hay razón para que malinterpret
enjamin con amargura, tomando mi muñeca suavemente para
irle a tu esposa -respon
con el ceño fruncido-. ¿Y tú? ¿Por qué estás f
er a mi habi
ta una ceja-. Adelante, ve y ac
iene su tío con t
están puestos solo en mi única salvación para salir de a
l -pido, sin importa
r -intercala su mirada entre
aja una línea de esperanza -
abitación para mirar a lo lejos a un pequeño correr, resonando sus pasos en el piso de caoba
rapando al niño entre sus brazos. Es pequeño, aproximada
sura-. Quería verte, Calista
aba -asient
enen los mismos rasgos: cabello negro y ojos dorados. ¿Richard tiene un hijo? Yo no
a dulce desaparece. Sus pequeños ojos dorados me escudriñan de pies a
que sea