Niñera del Millonario Heroico
a los chicos. ¿En
chicos y tú e
Normalmente era señorita o señora, pero su término me hizo sonr
uegan . Cameron m
cado de chica. ̶ ¿Puedo
e dio su mando. Era evidente que su hermano le había e
ducir el ejército de Cameron a dos hombres. Amaro estaba a mi lado,
a de vencer a un niño en su juego, pero cuando me
icas también
o , dijo
ras me acomodo, ¿vale? . Le
Recogí mi maleta y estaba a mitad de camino escaleras arriba cuando oí ̶ ¡Oh,
iera encontrar un juego en el que
n extremo a otro. ¿Cuál era la habitación de los niños y cuál la de Nico ? Seguramente lo
rme espacio tenía una cama de matrimonio. Me acerqué a ella y me tumbé, frotando las suaves sábanas entre los dedos. Algo m
m , no podía llegar hasta mí. Él fue la razón por la que abandoné mi trabajo y a todos los que conocía allí, y me mudé al otro lado del país, a Cape Worth, po
de buena niñera. Mis pensamientos volvieron a mi nuevo jefe. Parecía severo y antipático, pero no esperaba que fuera ama
y me relajé.
I
no puede respirar. Me mantenían ocupado con sus travesuras cuando no estaba trabajando. Una vez, sin querer, empecé a reírme pensando en sus travesuras en medio de un serio negocio y tuve que disculparme. Nunca había entendid
n lo primero que me venía a la mente. Exhalé y di una vuelta. Normalmente, iba a casa a relevar a una niñera o a recogerlos a casa de Ch
n Ma
eran buenos chicos. Escuchaban las instrucciones y eran relativamente tranquilos, pero aun así, no eran más que niños. Necesitaban que alguien los vigilara. Al principio, dudé de que Susan estuviera a la altura. Cuando nos conocimos, había confiado en Shaila para que hablara en su nombre y, cuando se dirigía a mí, miraba hacia otro lado de vez en cuando. Necesitaba a alguien que pudiera aguantar a dos n
que ni Shaila ni Susan habían mencionado por qué había dejado su trabajo. Parecía importante saberlo. Necesitaba urgentemente a alguien que cuidara a los niños y había pasado por alto esa pregunta. Si habí
al tramo final que conducía a casa. Ya podía
bí al ascensor y me dirigí al piso de arriba. Los chicos solían acostarse temprano, pero me pregunté si la niñera los habría mantenido desp
s ya estaban dormidos. De la sala de estar llegaban sonidos suaves, así que quizá Susan aún estuviera despierta. Dejé las llaves
ceja. ¿Era Susan ? Curioso, me dirigí hacia ella. La cautela detuvo mi
entrecerrando los ojos par
o de averiguarlo. Entré en el espacio y toqué el interruptor. La luz inundó la cocina. Mi mirada se posó rápidamente en Susan , que sostenía una sartén delante de ella. Jadeó y leva
la sartén y se despl
? Observé su aspecto nervioso y
oca abierta, la cara enrojecida, los o
s haciendo? Las pal
s. Sacudió la cabeza lentamente, como si se le pasara la confusión
o, Susan . Intentaba e
y retrocedió unos pasos, pasándose las manos po
a cuenta de la realidad de la situación y se apoderaba por completo de mi pecho. ̶ Podrías haberme roto
o un paso atrás, mirándome fijamente como si fue
a mirada. Me odiaba por asustarla, pero este tipo de comportamiento no funcion
os ojos. ̶ Arr
Le pregunté. Tal vez algo