Niñera del Millonario Heroico
sentir y sonreír. Quería preguntarle si su
Espero que no te hayan estresado demasiado . Mir
o tras una noche dando vueltas en la cama, pre
che libre , di
rmuré y subí a
co . Era enjuto y delgado, mientras que Nico era sólido. Sólido como una roca. Me mordí el labio y me obligué a alejar esos pensamientos de mi cerebro. Nico no era
Una vez llena, añadí una bomba de baño perfumada y me metí. El agua caliente me envolvió la piel y suspiré largamente. Me sentí bien al d
él que no estuviera dura como una roca? Lo dudaba. En mi cabeza, era duro con todo. Su negocio, sus empleados... su amante. Cerré los ojos y me lo imaginé
a, tensa por
ezones ya estaban rígidos. ̶ Maldita sea. Con los oj
s para que pudiera ver. Mi cuerpo empezó a latir y bajé la mano derecha. Me estr
iaba los pezones. Me imaginé a Nico aquí mismo. Tomando el c
Nico más? Sabía que sí. Era un hombre intenso y estaba segur
ba el dedo corazón en mi coño
edía que me corriera para él. Presioné el clítoris con el talón de la
. Cabalgué sobre mi talón, alargando mi org
odo el cuerpo. Probablemente Nico nunca pensaría en mí como algo más que la niñer
I
a como si, en los últimos dos días, ella se hubiera vuelto omnipotente y ellos no se atrevieran a
n , ¿no? Le pre
bros sin compromiso, pero lue
su edad, al menos más que yo a su edad, también eran bastante independientes. Pero, de repente, Susan los tenía pendientes de cada palabra que pronunciaba. Si hubieran dicho algo grosero o
ero aún me quedaba algo de reserva para tomar algo antes de irme a la cama. Crucé a la cocina y me dirigí a la nevera. Una cerveza fría
lo húmedo y su pijama rosa pastel. Un pijama casi tran
. Su voz era un su
a o decir algo, extendí el brazo en
a cocina y se detuvieron en mí. ¿Qué estaba haciendo? El color le su
dor. No veía la necesidad de su vac
ara por donde pasara. Se me escapó una risita, pero la dejé morir allí. La pequeña niñera no quería pasar a
irección. Su pijama cubría su pequeño cuerpo, pero no podía ocultar sus delicadas curvas. Al principio, no era más que la niñe
on ella, pero ahora ella se estaba meti
ones. Tragué saliva y se me hizo un nudo en la garganta. Olía tan bien. Había algo si
presente. No solo olía muy bien y tenía un aspecto como para comérsela, sino que además era suave. Apreté los d
haber mirado hacia otro lado, enfadado conmigo mismo por haberla mirado, pero mis ojos no quisieron
tando la botella. Cuando no dije nad
mío como un sueño, y podría lamer su piel perfumada de limón hasta que se retorciera y gimiera
ñí en la sile
muy abiertos, y una pronunciada depresión en el fondo de la garganta.
cios, pero sacudí la cabeza y me
ras, pero el sonido de su puerta al cerrarse me sorprendió. Inmediatame
tenía mis sentimientos fuertemente atados hasta que estaba listo para dejarlos salir. Así que no, mis pensamientos inte
uidando niños y necesitaba liberarse. ¿Pero se imaginaba estar conmigo? Si era así, probablemente después estaba nerviosa. Tal vez al verme sintió que yo sabría inmediatame
ar para respirar. Me estaba distrayendo. Aún sabía muy poco de Susan . No necesitaba que la polla se me pusiera dura pensan
o lo permitía, decidí investigar un poco sobre el tema. Concretamente, sobre cómo Susan había dejado su trabajo, había venido a trabajar aquí y por qué estaba ta
aer en el sillón de cuero y esperé. Era tarde, pero era el único mo
ones para que me l
i un trago a