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Niñera del Millonario Heroico

Capítulo 5 Este es el favorito de papá.

Palabras:2882    |    Actualizado en: 05/08/2024

a hacerte una foto y difamarte en tu cincuenta cumpleaños. O dos, una

tación, me reí. ̶

in de semana. No puedes estar llamando

ante, pero tampoco está re

es, ent

cial, y mis preguntas podrían levantar sus sospechas sobre el empleo de Susan aquí. E

timo lugar de trabajo de

ué? ¿Pas

e golpean en la cabeza. ̶ Nada

er: ̶ Shaila ha dicho algunas cosas, pero

voz de Shaila . ̶ Nico , ¿cómo

ntrevista, me dijiste que Susan se había mudado aquí

or q

te. ̶ ¿Qué más da? La gen

la , necesito saberlo. No puedo tener a alguien cerca de m

momento, considerando mis

su amiga, lo entendía. Pero la se

nton

usan vino a Cape Worth des

e rompía todo el tiempo. Excepto que tal vez esta

iera algo más, pero estaba claro que hab

e cuente toda su historia no significa que no sea apta para trabajar conti

s habían pasado con ella. Era una influencia positiva a pesar de lo asustada q

e una oportun

aré. L

dimos por terminada la llamada. La última conversación

y me eché hacia atrás, mirando al techo. Shaila no ofrecía gran cosa aparte de una ruptura, pero había algo curioso en la vacilac

a corriendo si le sugería que pasáramos tiempo juntos. No era el cabrón más amistoso, y al principio había sido demasiado dur

ijos, me recordé. Esa era la razón por la que le pedía a Susan que pasara tiempo conmig

reciclaje y subí las escaleras. Como siempre, no pude evitar echa

ría de ser

SA

escubrí que las luces tenues y Nico me hacían tener pensamientos sucios que minaban

rril y conduje justo por encima del límite de velocidad. El coche plateado y elegante que c

ería una de dos opciones, pero cuando los chicos señalaron los múltiples vehículos que pertenecían a su padre, me dio un mini infarto. Parecían demasi

to de papá. Amaro s

alrededor en busca del coche menos caro que no m

preguntó

s se clavaron en un coche plateado

pezar que con los niños. En el pasado, podría haber mirado de reojo a alguien con semejantes ingresos. Pero los últimos meses me enseñaron que el dinero era importante. Si hubiera tenido los medios, alejarme de Karam habría sido mucho más fácil. Diablos, podría ir a otro

cio me golpeó. En el vestíbulo no se oía ningún partido. Ni chicos burlándose unos de otros. Fruncí el ceño y me di cuenta

ré la puerta tras de mí y me apoyé en ella, suspirando mientras pensaba en lo que había ocurrido. Desde luego, no esperaba que estuviera allí con una camiseta aju

os pezones. Fue el minuto más largo de mi vida. Y el más ca

arme un pijama

godón. Necesito alejarm

e zapatillas. Me recogí el pelo, me empolvé la cara y me

usa

l vestíbulo, con los brazos cruzados sobre el pecho. ̶ M

nció e

̶ Pensé que estabas en el trabajo. No esperaba verte . Cuando mi corazón se calmó, mis o

s. ̶ No, sup

ncluso cuando no hablaba, había algo en Nico que me resultaba muy intenso. Como

comer. ¿Quiere

una cita? ̶ Es un poco pronto para comer, ¿no crees? dije con calma

zamos temprano, d

Caminé detrás de Nico mientras sa

celeraba entre el tráfico. Mantenía la mirada fija, mirándome sólo un par de veces, p

aerme. ̶ ¿Adónde vamos? No conocía muy bie

excelente. Ya

var vaqueros. El aire salado habría hecho volar un vestido o una falda acampanada. Ahora sólo

La voz grave de Nico l

e, girándo

donde vivías a

en torno a los chicos, definitivamente no a mí. ̶ No, pero teníamos algunos en pueblos cercanos. Cuando era más joven, iba en coche con

los coches y venir

eció, así que me centré en el hombre que estaba a mi lado. La luz del sol caía sobre su espesa melena oscura, resaltando la variación de color

o se esperara la pregunta. ̶ Me

o. El interior estaba decorado con palmeras y era de color marrón y verde, con lucecitas colgando del techo. Aunque todo era

rrugaron mientras sonre

ta? , me

agando saliva, lo intenté d

a con hojas de palmera, pero tan suave que parecía estar sentada en una manta de seda. Justo c

o , dijo disculpándos

el restaurante. Justo entonces,

he pedido

l señor en

ado a dos mesas de distancia. Me guiñó un ojo, confirmando lo que

ra se cernió sobre la mesa, y me volví p

a la camarera que dejara la bebida. Una

̶ No es asunto tuyo. Pued

recorrieron mi cara hasta mi

oso. ̶ Tío, en serio, estoy con otra persona. Esto es muy ra

difícil? Sólo dame un

ho que t

mbién. Se volvió y forzó una ris

ipo, sus ojos azules se entrecerraron

puños, listas para pelear. ̶ Nico

o la tensión. ̶ De acuerdo ,

uta bebida , l

u intensa mirada hacia mí y casi se me paró el corazón. Estaba a punto de señalarle que yo no l

stás

ije en v

tó un pelo de la mejilla.

tando pensar en algo que decir, pero sólo conseguí morderme el labio inferior. Los

unos segundos. Mientras tanto, yo estaba hecha un lío por dentro. Todavía sentía un cosquilleo en la

siguientes minutos. Nuestras comidas salieron bastante rápido, y empecé a comer, manteniendo los ojos pegados

ués de tragarme un

hombros, sin d

omida era increíble. Mastiqué, tragué y bebí un vaso de agua. Al prin

e que te gust

oso . Asentí

san ? El tono de Nico est

ño. ̶ ¿Me ha

en mí. ̶ En Cape Worth. ¿Por qué dejaste tu tra

es pasaban por mi mente. Era algo en lo que evitaba pensar

usa

co . Lo que fuera que viera allí

e no quisieras

mi determinación. ̶ No, exhalé. ̶

I

stuviera reuniendo sus pensamientos. El conflicto evidente en su rost

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