Las lunas de Xetrón
e internaron en ella escapando de su férrea mano. Perecerán tarde o temprano en la oscuridad de los fríos pasadizos— pero el capitán Rhanexx, estab
ocas del calor iluminan los cami
s de aire que llegan desde las paredes.
scudriña
ra que dejen de perseguirnos? —pregunta Adalatt, girando
tan profundo a menos que el rey los comande y este no lo hará —les propone Hoparr acomodando uno de los
nde Gebor, pasándole la jaula
cubren a una pequeña laguna que se forma gracias a un chorro de agua tr
entre todos, y uno no p
semanas enteras, hasta estar a salvo del rey o del viento negro. Quizás a ell
en el ejército, da pasos intranquilos, como
esiento que no la pasarán bien cuando descubran nuestra fuga—
agrado, siempre estaban buscando congraciarse con los caballeros veitanos y con
, preparemos un poco de carne salada, para reponer las fuerzas y aguardemos—les aco
durmiendo a pierna suelta. Estira los adormecidos brazos y ojea a su alrededor comprobando que es el primero en despertar. A su vez, comprueba que aunque durmió sobre la dura roca, el agotamiento ha desaparecido complet
o presentía que el rey no nos dejaría llegar con vida al reino. Por ello
o junto a la fogata, l
n revelar nuestros planes a Omiss y Surahin, pero desistimos, pues solo hablaban de su devoción al rey Tarik, y sus deseos de convertirse en veitanos cuando
desentumirlas y mientras lo escucha se per
otros comienza
giles kibiles de dientes largos— reconoce Gebor, estiran
y da cortos pasitos, para devolve
ada— grita Hoparr sentad
rculos y refrescarse el rostro con el ag
os indagando los túneles, tal vez encontremos otras salidas, por
ispongas Gebor—le
pasillo, por el que van dejando marcas en las paredes con las punta
antiguos que no se atreven a afirmar de qué época son. Sobre sus cabezas, en la roca, un orificio permite la entrada del ímpetu de Diurnuss y otros en los tabiques laterales de los que brotan agua en abundancia; no obstante, lo que más les impacta son los restos de una persona que aparece sentada en una de las butacas y es
lo que ven, saltan y corren de la
arik posee tanta riqueza en sus arcas!—vo
eslumbrarían a la misma diosa Besxa! —ex
antes alhajas. Monedas relucientes y piedras preciosas que destellan cegadorament
e tiene en sus manos y se voltea
aigan lo dejado en el otro salón. Pasaremos a ocupar est
es el dios Perfidux, quien pone pensamientos malsanos en la cabeza del rastreador, enviando a su lengua palabras engañadoras y nobles como las que escucha—pues fueron ellos los primeros en planear la fuga juntos
s más fuerte que Adalatt, los morral
r, asienta con la cabeza a lo planteado y segundos después, los ven desaparecer por e
os revelan esos cadáveres y tratar de conve
nen en
n y sentados en aquellos carcomidos enseres, —en los que no podrán dormir—, aparentan conversar afablemente, pero sus mentes no expresan lo que en realidad
iguales. Cada a uno cargará con lo que le
rimero debemos idear como sacarlo de las cavernas, no contamos con caballos o carretone
bias—argumenta Adalatt que como el resto o
la leyenda de "Ferott el ermitaño"
eve los ojos como tratando de at
eyendas que a su vez le fueron contadas por el abu
útrenos de esa leyen
cabeza y la mueve varios s
escos tentáculos y les clavan el ponzoñoso aguijón para hundirlos. Se dice que llegó en uno de esos grandes navíos blancos que cruzaban los mares bajo la bandera del imperio Hunoghar, aquel que durante décadas azoló las costas por donde se
devorar el trozo de pan que tiene en la man
o para que escapara con él, más ella por celos que siempre sintió de sus hermanas, se las arregló para llevarse el tesoro del reino, dejándolos en la mayor pobreza… Aseguraban los ancianos que fueron perseguidos durante mucho tiempo, aunque por un reducido grupo que solo buscaba recuperar el botín para adueñarse de él, pero en las noches los seres azules devoraban a varios de los perseguidores, hasta que una tarde lograron encontrar abrigo en estas vastas cavernas y que aquellas best
contemplan mientras se encamina a uno de los chorros de agua, y bebe directamente de él, satisfecha la sed, introduce su cabez