Amor de cristal
s, ella creía en ese dicho popular "La apariencia es lo que cuenta" y es que presentarse ante el rey no
soñaban, si con una mirada y una sonrisa bastaría para que el rey decidiera tomarla por esposa o finalmente descubrirían que sus sueños no eran más que una necedad al intentar conquistar a un hombre fuera de su alcance, aunque también rondaba por
eos cayeran sin remedio a un abismo del cual nunca saldrían. Después de darle vueltas al asunto, decidí hablar con ella, para saber cuáles eran s
ó doblando la esquina, me miró dulcemente con esos hermosos ojos color avellana, luciendo el ve
dónde
a sonrisa en el rostro. Avanzo hacia mi mostrándose preocupada por mi actitud ansiosa,
íamos también debía desempeñar algunas otras tareas de la casa para evitar ser despedida y no solo ella, también los demás
a está en su
trar hace media h
uedes llevarnos un poco
nversación que lo acompañara. Camine hasta su habitación y al estar frente a su puerta dude en si debía t
regunte después de
-emitió g
amente, cepillaba sus hermosos risos dorados, la luz que provenía de la ventana, se introducía con sutileza hasta toca
cho, a los lados se encontraban dos pequeños mueblecitos en donde estaban dos candelabros de pie sobre ellos. Debajo había una preciosa alfombra blanca que nuestro padre nos había obsequiado a cada una al venir aquí, supuse que ese obsequio era para motivarnos a seguir con nuestras
onrisa dichosa. Curiosa por saber que era lo que le provocaba sonreír de esa manera me acer
os que hacían juego. No me cabía la menor duda de que era auténtic
ué te l
, dijo que puedo u
admití al darme cuenta de que los detalles del c
lo mismo
e debía usar guantes largos, los cuales llevaban bordados exquisitos de flores en los costados, pero sentí envidia al saber que Jane usaría el nuevo estilo de guantes cortos con puntos cruzados que todas las jóvenes de hoy en día usaban. El color del vestido era de un tono verde claro, la tela era preciosa, pero en comparación al de mi hermana, se veía muy simple, además
eo mostrándome como lucía
harta de escucharl
y note lo hermoso
bre el hombre del cual mi hermana ya estaba cas
o. ¿Sabes
ección alzando las cejas, se acerc
retiraba los guantes. No podía decir que me quedaba tranquila, pero al menos
estas esperand
stival de las flores de marzo, no ten
iquiera recordaba nada del año de la co
ener las más hermosas flores y entre más grandes fuesen los adornos era mejor. Según la costumbre, se adorna de esa manera para recibir las bendiciones que trae consigo la primavera y el rey y la reina, caminan por hermosas alfombras de aserrín de muchos colores hasta llega
n que enferma
el primer festival de las flores al cual no pude asistir porque estab
obre su sitio para
en sus labios, así como un lig
ver
mplirá veintiséis así que entre él y yo no hay mucha diferencia de edad. Est
sabía que consideraba al hombre como el ejempl
quiera lo conoces, que tal si es un hombre malo, que tal si te maltrata. No
a comprender que el amor no lo es todo en la vida, an
emocional? ¿Aca
tepondré mis intereses antes que
tione levantándome de mi lugar sin poder
gar, es vieja, sucia y está muy lejos
sus palabras, al parecer nuestra idea de bienestar era más difere
casarme con el rey. ¿
para mirarla cara a cara y enfrentarla, hacerla entender que no quería q
as Helena y por lo visto
rsona cuerda que sabe cuan baja es la probabilidad de que tú, mi queri
puedes volver por donde viniste y llevarte tus prejuicios
ro que salgas herida cuando las c
e He
ás de mí. En el camino de vuelta a mi habitación me encontré con Melanie, quien sostenía en sus manos una bande
reemplazada por una mujer hipócrita que solo pensaba en sus propios intereses. Aunque los matrimonios en nuestra sociedad no eran muy diferentes de la idea de un matrimonio arreglado, sa