Solo pido un día más |Libro 1|
MA
cubriendo a Dylan porque en verdad esperaba que volviera. Tuve qu
llamadas, mucho menos a mis mensajes. A pesar de q
tan poco? ¿Es más grande su or
Todas las parejas discuten y lo arreglan, como ha
eremos, co
or el contrario, estoy preocupada. Hemos peleado tantas vece
corazón lo sabe y por eso me al
Amanda, sentándose junto a mí-. ¿D
acia la otra esquina de la sala, donde está
-pregunta, colocando un
or el mismo tema de si
s que aceptaste casarte con Dylan, de ve
la interrumpo, mirándola con toda la seriedad que puedo reunir en este momento-. Además, tengo co
no de matrimonio -me aconseja y le quito la mano de la rodilla con molestia, levan
vo, celoso, un poco egoísta, pero ¿y yo? Yo tampoco soy perfecta y é
cosas para que dejen de discutir tan
r. De pronto, la visión se me torna negra y la luz reap
cara
mi corazón y la angustia que siento no son b
conmigo, como lo prometimos
en? -pregunta m
spondo, tocándome la cabeza ya que me
todos. Se acercan para ver qué ha pasado y mi celular e
sto de inmediato al notar q
í, d
-. Le llamamos de la clínica. Usted es el contacto de emergencia del señor Dylan Reeves y él
de sopetón-. Ya mismo salgo para allá -
hijo, Sam? -pregun
mpiezo a llorar sin darme cuenta y tomo las llaves d
s, yo manejo -ordena y voltea a mirar a Jack-. Lleva
-le pide Leonard, sorbiendo por la nariz-. Nada le va
ro. Me siento de copiloto y miro todo el camino sintiendo la ansiedad carcomerme entera. Las
lo nuestro, por favor... pienso, li
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Y
callo cuando noto que la mujer frente a mí
Ven -responde ella, limpiá
n los paramédicos atendiendo lo que parece ser un terrible accidente.
ar aquí, debería e
r así como así, ¿no? -le
uebrada, como si le doliera decir lo que viene a continuaci
nte a mí me petrifica en el lugar. Mis rodillas ceden ante el peso de lo q
ome la voz y miro a la pelirroja que observa la escena con pesar-. Po
varlo ya al hospital, gente. ¡Vamos, vamos! -or
la ambulancia. En este momento me doy cuenta de que nadie p
n fantasmas y ahor
ón de cortaduras que me dejó el vidrio del parabrisas en el rost
de la ambulancia se alarman. Toman el reanimador y lo c
lo, gritando entre dientes de dolor. Cuando siento que la sensaci
vo, vamos! -grita uno de los
escuchar mis latidos estabilizándose de nuevo. Respiro con irregularidad hasta que
cosas con Samantha, no sin decirle al meno
ientes?
ez de sonrisas, lo más que hacemos es discutir y yo... Yo la amo y quiero que lo sepa, que no le