Solo pido un día más |Libro 1|
zo gris. Las lágrimas se abarrotaron en su garganta y sorbió por la nariz,
a entumecida, como si su cuerpo ya no pudiera procesar todo el dolor y
ó un poco con su cabello. Se dio calor, acariciando su
ndo, no lo traería de vuelta. Se negaba a pensar que él se estancó y que podía verla deshecha, sin una motivación para continuar, sin fuer
nuevo por la nariz. Lo que ella no sabía era que s
elieve de su nombre en la lápida-. A veces s
tanto dolido por su
que siguieras junto a mí, pero no así: sin poder verte, tocarte, sentirte. No quiero que... -su voz se entrecortó y bajó la mirada, respirando hondo para no verse tan afectada por estarle hablando a su prometido a través de u
ó él, aflorando una so
por haberte conocido. Por darme el privilegio de tenerte en mi vida -musitó y se levantó, sacu
lo...» pensó Dylan, viéndola ma
se llevó la mano al pecho al verla allí de nuevo. Su cap
ose de la grama y le dio la espalda-.
tuvo su caminar-. Pronto llegará la ayuda y n
la barbilla, esperando su pregunta-. ¿Podría hab
al mismo lugar -respondió ella y ambos observaron hacia la lápida-. El destin
cho de perder a Samantha, mucho menos por su culpa. El corazón le
firmó y se dio media vuelta, desvaneciéndose en el a
o y cayó al suelo, dejando
de días
u prometida. ¡Ahora Samantha era su prometida! Si tan solo hubiese ignor
entras enroscaba sus piernas en las caderas de su futuro esposo. Él
tigo -le aseguró y ella acarició s
ella y se acercó a
amasijo de temblores, carne y besos que gritaban cuánto se amaban. Las sensaciones fueron
lgo? -preguntó, tomando
ces la mujer más feliz del m
se derretía y se mordió el labio par
ón, te amo hasta los huesos, Samantha Grays
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n la familia de ambos: los padres de Dylan y Samant
-preguntó ella mientras esperaban a que todos se un
... -respondió él, ganándose un
untó Samantha cuando aparec
rnas a su regazo, sonriente. Amanda saludó con su típica ama
el fondo, el
ue tenemos algo que anunciarles -agre
ó Amanda y ambos la miraron, frunciendo el ce
nda! -respondió la menor, avergonzada y
ntó la mayor de las Grays
ron juntos y Samantha mostró e
ó al ver lo emocionada que Samantha se veía al hablar de los preparativos y neg
a para celebrar. ¿Vendrás, Amy? -preguntó
aseguró-. Nos veremos entonc
s, su madre-. Tu primo Jack está
. Su celular vibró con un mensaje de su jefe y jadeó al leerlo, emocionada. Por supu
ello. Retomó su lugar con su prometido y le sonrió, mientras en su interior deseaba que no le pusiera pe
estaba tomada y él tenía que a