Caricias de chocolate |AFL Libro 2|
e carcome el cerebro. Miro mi celular, en específico el nomb
n, no quiero arruinar el ambiente de trabajo porque no me conv
e para
ntención. Sin embargo, estaba bastante susceptible,
pido disculpas, no he podido dejar de pensa
o, lo l
viar. Unos largos segundo después, me l
je de
bastián. No vuelvas a disculparte por ser quien eres, al parecer así va a ser nuestra relación: cuando estés suscepti
er que mereces ser disculpado una vez más. No o
rá y la estaré esper
ches, señ
o, llevando mi almohada a la
á bien. Par
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emos trabajado en nuevos encargos, exitosos por supuesto, pero n
uitarme esa mirada inspectora suya como si hiciese notas mentales. La he visto con u
a la realidad. Alzo la mirada en busca de sus oj
ón de varias compañeras. Hay un deje de vergüenza en su mirada, pero
onal -añade, acercándose a mí con los brazos cruzados-. Estoy su
las noches -me burlo, volviendo mi mira
ulla, saliendo
que aún está un poco dolida por lo que pasó el lunes, pero he tratado de llevar nuestra relación, c
ue ha fu
ener la plaza fi
de cobros al cliente. Se tensa cuando nota que me est
lar con usted un
eñor Díaz? -preg
las -
dice nada. Federica suspira y asiente, alejándose
-pregunta, al
e saco de tus casillas, pero a pesar de todo, nuestra relación es tranquila. Espero n
e algo te pasó el lunes y creo que cualquier cosa te hubiese hecho ex
hacia adelante-. Me arrepentí al segundo en que te
rente -aclara y yo sonrío con
ago el inocente, sin quita
estás haciendo! -responde, dándome
paz. Me conviene llevarme bien con ella, si la situació
rmana. Ruedo los ojos y niego con la cabeza: quiere ir de fiesta con sus c
ese tipo de sitios. Tengo 25 años, no soy un anciano ni nada por el estilo, pero es
mpre. Ella me mira y rueda los ojos, cosa que me hace reír un poc
ja alzada. ¡Siempre a la defensiva, por Dios! -. La much
ere, buscando dentro
ablaba con mi hermano -respondo-. Au
mi prima es una persona un tanto difícil, tu hermano un imbécil. ¡Creo que es ge
o, rodando los ojos-. ¿Y p
oces? -pregunta, f
ma escuela -respondo, ocultando un po
-. Gabriela también y va a la misma escuela que ellos. T
rmuro, mirando hacia
eb
mo ofrenda de paz, de forma amistosa. La encaro,
re y yo me tenso de inmediato, irguiéndome en mi puesto.
otros -contesto un poco tosco y suavizo mi
, alzando las manos en señal de paz-.
do y me acerco para dar
e mi gesto pero sigue su camino como si sus meji
acer -murmuro para mí mismo, ant
laza fija por
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stina. En lo único que Mauricio y yo estamos de acuer
n Café Toscano, cenando con el dueño y amigo de Mauricio, Aarón. Trato de asist
e lo más profesional y maduro posible, noto su mirada dura sobre mí
l restaurante. También
sonaje muy divertido. Tengo que admitir que la hermandad que veo entre é
serva detrás de mí. En un momento se levanta, excusándose con que tiene que ir al baño y yo le sigo
tá en una cita ya que hay dos copas de vino en la mesa y se ve impaciente. Me sonríe por cort
a de ese idiota desde que empezó a estudiar, hace cuatro años,
e evitaré el dolo
o campo de visión. Está muy bonita, cosa que no
e Montserra
etulante en el rostro. Entonces, algo hace clic: ¿Acaso Maurici
se. Cristián le entrega su saco a Gabriela, colocándoselo sobre los hombros y ella s
erdiendo de algo. ¿No y q
rtamento que comparto con Montserrat. Frunzo el ceño
tar esa cara de imbécil -me dice, en
burlo de vuelta, recordand
iendo televisión cuando llegamos y brinca a abraza
gunta ella, enroscando sus bra
s. ¿Todo bien en clases? -pregunta él
n y yo somos los mejores de la cl
sponde con
e y, en vez de tomar una actitud sumisa como todo el mundo, le cantó las cuarenta. Me parece diver
a voz de Federica se abre paso en m
restaurante se repite en
con mis compañeros de la esc
yo al unísono, ganándonos una m
e él y corriendo en dirección a
no estoy para
so -respondo, lanzándome sobre el sofá-.
, pero nunca el chasquido que genera el cerrar la puerta. Miro sob
antándome a cerrar la
a la prima de Gabriela? -sale M
s términos -hablo, pero lo pie
ue se queden en el depa y si Gaby me dice qu
ca irá? -pregunto, end
saben que ustedes van, porque van a ir
orita va a salir con Montse mañana, es probable que acepte. ¡
un imbécil se le ocurre propasarse con alguna de ustedes, ¿podrá solo
ue mejor te quedes -ironiza, sonriendo con mali
le digo, rodando los ojos-.
ela -se burla ella, rien
ando el extraño suceso en el r
jas. Buenas noches, hermano -me dice, abrazándose a mi c
-respondo, ganándome
ando de mis labios. Ha sido una larga semana, ajetreada, un poco diver
e le queda muy bien, aunque no lo admitiría en voz alta. Además, me he dado cuenta que siempre tie
a testaruda? -me regaño en vo
uelta para quedar sobre la misma y me quedo dormido pensando en