Si el amor duele
El rostro de Olivia estaba empapado de lágrimas, aferrándose a la mano de Elliott mientras se comportaba como una niña perdida y vulnerable.
Él la abrazó y la reconfortó: "No estás sola. Estoy aquí para ti, y siempre lo estaré. Ahora, respira hondo y trata de calmarte".
Con sus ojos rojos e hinchados, Olivia le imploró: "Por favor, Elliott, no dejes que ella tenga al bebé. No podría soportarlo. Por favor, haz que aborte o moriré".
Una determinación ardiente se podía apreciar en los ojos de Olivia.
Sin embargo, la mirada de Elliott adoptó un fulgor colérico cuando replicó: "¡Olivia, deja de decir eso y detente ahora mismo!".