Si el amor duele
La cara de Olivia cayó tan pronto como dije esas palabras. Una pizca de desagrado brilló en los ojos de la mujer. Ella hizo un puchero y se giró para mirar a Elliott. Tiró del dobladillo de su ropa, y le dijo con una voz triste: "No debí interrumpir en esta casa a esa hora anoche. Supongo que solo te molesté a ti y a Gianna. Por favor, ¿puedes persuadirla para que desayunemos todos juntos? Me gustaría disculparme de esa manera con ella".
Mis ojos se abrieron en total sorpresa.
Por enésima vez, me había dado cuenta de que Olivia era realmente una mujer afortunada. Era una de esas chicas que solo tenían que actuar de manera lamentable o coqueta para conseguir lo que realmente querían en un abrir y cerrar de ojos.
Elliott, que me había estado ignorando desde que llegué aquí, de repente me miró y dijo: "Vamos a desayunar juntos".
Su tono había sido duro y autoritario al hablar.
Me dolía mucho. Sin embargo, ya estaba más que acostumbrada a ese sentimiento.
"Está bien, gracias", respondí, forzando una sonrisa en mis labios.
A pesar de todo, me era imposible rechazar a Elliott. Me enamoré de él en el mismo momento en que lo vi. Y tal vez nunca podría superarlo por el resto de mi vida.
Mirando el lado bueno, quizás tuve un poco de suerte ese día. Esa sería la primera vez que probaría la comida preparada por Elliott. Se trataba de un desayuno sencillo, eran tostadas con huevos revueltos y café. Sin embargo, eso significaba muchísimo para mí. Nunca vi a Elliott como una persona que encajara con la cocina. A mis ojos, él era un hombre favorecido que se suponía que debía hacer grandes cosas al nivel de conquistar el mundo. Fue necesaria la presencia de Olivia para darme cuenta de que mi esposo con el que llevaba dos años de casada realmente podía cocinar. ¡Qué situación irónica!
"Deberías probar los huevos que hizo Elliott, Gianna. Tienen un sabor increíble. Él siempre los hace para mí cuando estamos los dos juntos", comentó tranquilamente la mujer mientras ponía un poco en mi plato.
Luego sirvió un poco para Elliott y habló con una sonrisa dulce: "Recuerda que prometiste que me acompañarías a ver las flores hoy. No vayas a romper tu promesa, ¿está bien?".
"De acuerdo", respondió el hombre, dando un mordisco a su tostada. Él era una persona de pocas palabras, pero nunca dejaba de responderle a Olivia cada vez que ella decía algo.
Colton no parecía sorprendido al ver el comportamiento de esas dos personas, pues solo siguió comiendo su desayuno y vio el drama en vivo.
Yo no pude evitar fruncir el ceño. Elliott y yo teníamos planes para ese día desde antes. Si no iba conmigo a la antigua mansión de la familia Crawford para el funeral de su abuelo, ¿qué dirían los demás miembros de la familia sobre nosotros?
Me fue difícil tragar la comida a pesar de que sabía bien. Cuando vi que Elliott terminó su comida y subía las escaleras para vestirse, dejé mi cubierto en la mesa y lo seguí.
Entramos en el dormitorio uno detrás de otro.
"¿Qué es lo que quieres?", preguntó el hombre de espaldas a mí.
En el momento en que se quitó la camisa, pude ver su espalda desnuda y trabajada. Me di la vuelta por instinto. "¿Has olvidado que hoy es el funeral de tu abuelo?".
Al segundo siguiente pude escuchar el sonido de una cremallera y luego el roce de la ropa. Finalmente él respondió: "Puedes ir por mí".
"¡Era tu abuelo!", me quejé con el celo fruncido. Era necesario que Elliott estuviera allí. Después de todo, el hombre era el nieto de Lorenzo. ¿Cómo podía simplemente perderse el funeral de su abuelo cuando todos sus otros parientes estarían ahí?
"Ya he asignado a Parker para que se encargue de todo lo relacionado con la ceremonia. Habla con él de eso y te dará toda la información", respondió Elliott como si no fuera su abuelo el que estaba siendo enterrado ese día.
Justo cuando él estuvo a punto de caminar hacia su estudio, le pregunté con una voz triste y aguda: "Elliott, ¿acaso te importa alguien más aparte de Olivia? ¿Te importa más salir con esa mujer que estar con tu familia durante este período de duelo?".
Elliott se detuvo en seco al escuchar lo que decía. Él se volvió bruscamente hacia mí y me lanzó una mirada asesina. "¿Desde cuándo tienes el derecho de decir algo sobre los asuntos de la familia Crawford?".
Después de mirarme de pies a cabeza con desdén, agregó con una expresión de disgusto: "¡No tienes el derecho de opinar!".
Fue como si alguien me hubiera echado un vaso de agua fría repentinamente en la cabeza. Me estremecí por un momento ante su mirada.
Un segundo después, me reí de mí misma con burla mientras miraba como la figura del hombre se alejaba.
¿Él de verdad acababa de decir que yo no tenía derecho a decir nada?
¡Jaja! ¡Eso había sido tan gracioso!
Durante dos años completos me dediqué a trabajar duro para ablandar el alma de Elliott, pero parecía que su corazón estaba más cerrado de lo que pensaba.
"Solía pensar que solo eras una persona testaruda. Honestamente, me sorprende que también seas alguien bastante entrometido". La voz había sonado desde un lado de la habitación.
Seguí la dirección de la voz, me giré y vi a Olivia apoyada contra el marco de la puerta con los brazos cruzados. Su habitual expresión llena de inocencia no se encontraba en ninguna parte. En ese momento, tenía una cara totalmente seria y sus ojos parecían llenos de intrigas.