A fuego lento |Libro 1|
tobillo se me dobla y termino tamb
us frías manos, y doy un respingo al es-tremecerme. Me alej
tá ebria... o no sabe caminar con
ente -respondo, encogiéndome de hombros-
sigo mi camino, derecha y con
zo tardar tanto? -pregunta
nto. Creo que no tolero mucho el vino
lonia mascu-lina. Mauricio pasea por nuestro lado, con su paso seguro y arrogante, abotonán
aba ahí -mascullo para m
a muero porque llegue el día de maña-na e ir a beber co
gunas personas. El frío me eriza la piel y se quita su blazer para colocar
gunta, acercán
y suspiro al exhalar, también huele rico. Le regalo u
-murmuro, sonrie
acerca a él, rodeando mis hombros con su brazo y nos s
nde se encuentra Mauricio, tal vez porque nos p
ada más verlo me
moto. Observo de nuevo en dirección al café y
spera! -grit
a que su casco le cubre el rostro. Corro hacia la pared donde está
do el papel-. ¡Es en la tarde! Me d
legues más temprano -dice, sa
? -pregunto,
-responde, son
motocicleta. Acelera hasta mi c
que se roba los suéteres de sus... -me callo, desviando
rvioso y me acepta e
ener una amiga con más cosas en com
nueva -digo con gracia, hacien
ti después
uerdo-. Buenas n
noches,
rse a mí. Sin embargo, no me besa en los labios
ndose en su motocicleta. Lo veo colocarse el blazer y el c
spirar sino el recuerdo de las manos frí
. demasi
larme, dejando atrás ese estúpido suceso. N
Así que debo recordarme lo cavernícola que es y que
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rto? -le pregunto a Federica, quien se
scando algo en su
o importa que sea sábado, ¿cierto? -vue
runzo el ceño al ver que sigue
ando? -pregunto, levan
rojo! -protes
lo prestaste ayer? -le recuerdo, busca
uede y se mira con nervios en el esp
nto, mirándola de forma acosadora. Ella frunce el ce
dmite, un poco nerviosa-. Debo ir a
puerta y saliendo como a
cielo y jeans blancos corte alto. Me coloco unas zapatillas azules y un blazer blanco para verm
del café. Espero que la memoria no me falle y me pier
y exagerando per
a los minutos me encuentro frente al café. Me adentro
on una sonrisa me
i todavía están buscando mesera para la tarde
ener la entrevista? -me preg
posible -respon
a las dos de la tarde -me informa-. Es mejor
e tu mala suerte pa
spondo-. Muchas g
disfrutando de los olores de la zona. La comi
o y reviso quién me está llamando
pregunto a
errat Díaz, ¿cómo estás?
oy bien, ¿y tú? -p
al club. Estaba pensando en que podíamos q
unto, mirando a mí alre
ebastián estaría allí, pero no h
de y no quiero incomodar -admito
quedar también -dice-. Sin
oblema, en
¿C
se detestan -le cu
e verdad que no será ninguna molestia.
parece? Es mi prima, no puedo
ás pronto posible -dice y cuelga,
s cejas y marco el número de mi prima,
sí que espero que sea import
en su casa, pero hay un detalle
es el detalle? -pregunta
una Díaz,
-gruñe, molesta-. ¡No me v
sta a Montse. Además, ella dijo que se enc
ue si me llega a t
e a coñazo, lo ju
a pastelería está a r
al menos, mi prima y yo estamos dispuestas a queda
una camisa roja de tiras con escote en forma de corazón y mis zapatos deportivos. Me aliso el cabello y
en un pequeño bolso rojo y tomo mi c
ribe diciéndome que ya tiene aventón al club.
enes en camin
por un aventón y ya está ye
o en diez -me corta,
-respondo
cribirle
n te dio
acá. Para qué te digo aven
más. Estoy segura de que el a
, ¿significa que Mauricio también? ¡
de sitio de todas form
ocicleta y me encamino a la salida. Sonrío cuand
r que andar pilas con el poco de tipos e
peradas allí que llaman más la atención
hermosas de la noche: Fede, Montse y tú -d
". El sitio es precioso, con muchas luces rojas que le dan sensualidad al lugar. Ya hay ba
gus
donde están algunos compañeros de clase, como Mont
ve-. Ten, toma un shot de tequila. Vas a q
ó, pero al escuchar su voz sé a lo que se refie
rellano, qu
ot de una sola sentada, sin limón ni sal, y me estremezco en mi sitio. «Verga, esta va
jodiendo -mascullo,
er amigas de mi hermana, tenías que
nos de mi amiga, tenías que ser tú -respond
persona afortunada -se ja
itamente nerviosa ante su cercanía. Sin
o -respondo, alzando mi barbilla con
mira de arriba abajo, esta
e me hunde el corazón en el pecho ante ello, pero ni lo