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Amor Sacrificado

Capítulo 3 III

Palabras:2122    |    Actualizado en: 09/07/2023

-Rafael le dirigió una mirad

ombros para elevar su torso y mantenerlo en esa posición, con la cara contra su propio pecho. Gabriel y Samuel se encargaron de sus brazos, manteniéndolos pegados a sus cuerpos. Galeari no se movió de su sitio, solo apretó la mano del arcángel entre las suya

nte a Miguel, tomo el otro pedazo de metal y lo presiono contra la espalda de su hermano haciendo coincidir los huecos por donde salía lo que quedaba de sus alas negras, el metal se pegó a su cuerpo como si fuera parte de él y el bri

ieron a la vida y un grito desgarrador recorrió cada rincón de la edificación. El Arcángel luchó ferozmente por liberarse, pero sus hermanos no aflojaron ni un poco, la luz proveniente de las ma

faltaba

o sintieron los siete, pues cortarle las alas a un arcángel era como arrancarle la piel a tajos, además de que parte de su esencia se perdería también, Rafael se abrazó al torso de su hermano permitiendo que su magia detuviera la hemorragia, cerró los ojos y apoyó la frente en su nuca, la luz qué emitía

ieron en acuerdo, todos sabían cuánto odiaba Zad el color blanco. Uno a uno, fueron saliendo de la pequeña habitación. Se a

aber que fue lo que le paso antes de que salga el sol. -Ordenó Miguel. Am

quí hasta que despie

bio que haya con él! -Pidi

l asi

endientes. -Aseguró Gabriel ref

no se alejen demasiado y tengan mucho cuidado. Ha

con fastidio. Su orgullo y rebeldía eran bastante parecidos a

alta palabras para que supiera a donde se dirigía su hermano. -¡Ten cuidado!, ¿quieres? No necesitamos volver a pasar por algo como esto de

o por sus ropas negras que contrastaban con el blanco que lo cubría todo. -¡Bienvenido de vuelta, señor! -Le saludó Abriel haciendo una reverencia frente a él, pero Miguel no se paró a responder, tenía asuntos demasiado importantes

bellos dorados y sus ojos amarillos brillaban debido al reflejo de la luz del sol. El arcángel dejó salir un suspiro y mitigo las ganas que tenía de golpearlo en el rostro, después de todo, nada

ró la garganta antes de anunciar: -Los miembros del consejo se han reunido, fueron conv

gel. Una vez más, el CCA se había reunido sin llamarlo. Pero por todo

ente la cabeza y comenzó el ascenso avanzando de dos

es que están conectados entre ellos por escaleras en forma de espiral que parecen infinitas, pero que en realidad son solo una especie de aduana que analiza a quién sube y

ntemplar la decoración, pues se la conocía de memoria. Paso de largo la biblioteca y se dirigió a toda prisa hacia el salón de reuniones del consejo, casi chocando de frente con Camael, quien dejó escapar un ligero ruido de sorpresa. Miro al arcángel con atención y dio un paso

el salón. -Respondió el áng

asustado. -Se dis

endió su llegada. -Dicho eso, hizo u

dad por todas partes. El mármol en el suelo formaba una estrella perfecta y el techo abovedado estaba decorado con un espectacular can

ados de su rostro, junto a él Quelamia, creadora de ángeles bajo las órdenes del creador peinaba su cabello castaño con los dedos, Anush el único ángel guardián dentro del CCA se mantenía ocupado jugando con una pluma gris, haciéndola gi

el protocolo en este mome

molesto, pero est

de los tronos de la luna y Concejal tercero, -¡acabo de cortar las alas de uno de mis hermanos porque le

nuestra, ¡así que márchate ahora y perdonaremos tu imprudencia! -Ofreció Jael en un

de reglas deberíamos empezar por el castigo por exclusión

arte de los aquí presentes, nadie sabe que Hemah cayó en desgracia y es ahora parte de las legiones. -Su voz tembló al pronunciar aquella palabra, quizás la única a la que todos los ángeles temen por igual. -Algo m

entendía las heridas en el cuerpo de su hermano, lo h

de acuerdo de haberlo s

rochó a la matriarca mir

n pregunto. Pero lo único que consiguió

el dio la vuelta y se encaminó hacia la puerta. -La próxima vez que envíen a uno de mis guerreros a una misión sin consultarme. ¡Les juro

a la primera vez que alguien les hablaba de esa forma, -¡insolentes, salvajes!,

omo tú los llamas, serias tú quien tendría que estar ahí abajo cazando demonios. -El ángel abr

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