Ella es una Mentira
amor lo
o que sabemo
MILY DI
de Génova , 10 de
o él jamás pensó que la tragedia se extendería a su vida y que marcaría el final de un tiempo que fue el más feliz que era capaz de recordar. En esos momentos él, c
a calle, Bartolom
ra una sola palabra más, pistolas en manos , se lanzó c
, juro que lo haré!...¡Sal ahora mism
uno solo de sus cabellos, la muy infeliz era buena para esconderse, pero él era el mejor y ella no escaparía. Se detuvo en seco al escuchar un ruido proveniente de uno de los contenedores
engo mal
lluvia, se le pegaba al cuerpo marcando su exquisita figura. Un arranque de deseo hizo que apurara el paso
ente o te disp
ues que ella le negara el placer de ver su hermoso rostro siempre lo había enfurecido. La furia lo consumió , apuntó y dis
omo ella sostenía su hombro derecho que se teñía d
o él resoplando por la rabia y por el
te, sabía a dónde se dirigía, iba directo al barco del hijo d
cabaré con todos los que te escondan
endo al yate, una escolta de diez hombres armad
terminó Fiore
dijo ella con aquella voz gra
que cayeron casi al instante de recibir las balas. Uno de los hombres disparo y fue bastante certero, la bala se le incrustó en las costillas y él se agachó por el impacto pero volvió a
ro y desde allí, sujetando sus costillas que l
rodillas y dejo que la lluvia lo calara hasta los huesos, con la cabeza gacha y una mueca de dolor recor
a primavera
a escaleras arriba hacia el salón de entrenamiento personal del nuevo dueño del Palacet
que aunque era muy joven su crueldad y firme temperamento, lo convertirían en un gran líder del clan, no, en real
e acomodó el saco en espera de
dijeron de
imero que vio fue el caño de un
a de temblar cómo una mujer
a cabeza gacha le entre
dro mientras daba patadas y puñeta
.– contesto el chic
e entrenamientos y luego se volteo para sacar
Recupera unos documentos
O
piente, prendió un fósforo y lo hecho dentro, el
a y cuides de tu abuela...Sé que necesitas el dinero para mantenerla, ella fue mi sorellina y jamás la aban
i nonna pero deme la oportunidad de se
oche tendrás oportunida
pués de más de una hora al volante, Alessandro le ordenó que detuviera el vehículo y lo esperara allí, en caso de que no volviera él de
r a la familia es p
a y miró cómo su jefe se alejaba
pasar la noche en la clínica, aquella zona era peligrosa a altas horas, muchos de sus pacientes venían heridos de bala o con armas blancas, en la zona se conocía muy bien el nombre del clan Verro y de los "negocios" que tenían, su padre siempre le había advertido de los peligros de
ba a la tormenta, eran disparos, luego no escucho nada por un rato, se pegó a la ventana levantando levemente la cortina para espiar afuera y allí lo vio, un hombre se agarraba el vientre mientras se afirmaba en el contenedor de basura sanitaria que ella tenía al frente de l
lenamente, ayúdame a ofre
mejor sabía y que su padre le había enseñado de
ender información de los Stracci a los Verro, esos advenedizos, pero antes de que pudiera entregar nada, Alessandro le había caído enc
r cómo lo que e
el sonido de las pisadas que había más detrás de él. Cálculo rápidamente lo que iba a hacer y se p
balas y una persecución fue lo de menos, lo que resultó peor fue tener que internarse dentro del territori
inguió, calle abajo un cartel iluminado que decía : "Clínica Nostra Signora della Guardia", miró hacía atrás y no vio señales de los tipos así que corrió lo más rápido que pudo hasta donde estaba el cartel. La calle era oscura y de seguro no había nadie en la clínica, solo un loco se arriesgaría a quedarse
ta ( mamá, papá ,perdónenme, no pude terminar mi venganza
quién, la perdida de sangre hizo que cayera al suel
se congregaban a su alrededor, haciendo uso de su valentía sujetó la pistola y la guardó en su delantal, luego miro a ambos lad
en par y la agarró del brazo con una fuerza inusual para alguien en sus condiciones. Sus ojos eran los de un depredador, pero de un increíble verde mar, tenía pestañas tan ridículamente largas y negras que parecían las de una mujer, lo que
ualquier mujer, era su madre, ¿Estaría muriendo?...Pestañeo para deshacerse del agua que pugnaba por entrar en sus ojos, al hacerlo vio que no era su madre , la mujer se l
o era para nada aguda, sino todo lo contrario, era firme, clara y de timbre grave cómo la de una l
uso blanco como la cera, Fiorella supo que debería llevarlo dentro