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Ella es una Mentira

Capítulo 4  Il Diavolo

Palabras:2280    |    Actualizado en: 27/05/2023

l arma de su padre con ambas manos en un tonto esfuerzo de seguridad. Caminó despacio, sus pisadas no resona

s no fueran significativos o se vería en problemas para realizar los arreglos, no contaba con mucho dinero

araban, algunos desde más distancia, mientras que otros se acercaban para sorprender a Alessandro, que estaba detrás

escoria cobarde!- gr

de su escondite con sus dos armas y rápido cómo un relámpago se deslizó por el suelo disparando y acertando a

a pelea, él parecía ser el mismísimo de

ella mitad suspiro

su escondite, parecía haberla oído aunque no la ubic

limpio que entró por uno de sus oídos y salió por el otro, él sujeto cayó sin vida al suelo, su rostro de ojos abiertos tan cerca de Fiorella, que ella sintió que vio el momento en el que la vida abandonaba el cuerpo del mafioso, cerro los ojos incapaz de ver cómo la sangre le

imo, giro y con el impulso lanzó otro cuchillo que silbó cortando el aire con su gran velocidad antes de clavarse en plena frente de uno de los tipos. Alessand

lones blancos y descubrió que ahora eran rojos, la sangre le cubría las piernas, era increíble la cantidad de sangre que puede salir de un cadáver, y sin duda ella jamás pensó que le bañaría las piernas.

mbó en su oreja, la bala impactó en la frente del hombre y sus ojos quedaron mirando a la nada , la sangre se su

o que hace

ntras le gritaba pero se quedó muda al ver que una bala había impactado en el hombro de Alessandro. Uno de los tipos que se había i

ramente preocupada cuando l

abierta, Fiorella supo que ambos mafiosos habían vuelto a terminar con ellos. Alessandro cayó de rodillas sujetándose el hombro, ell

ver el cuadro dantesco que tenía en la pequeña sala de su clínica. Luego cobró fuerzas y serenidad para pone

ir, te buscaré hasta dar contigo y desearas que esa bala

sujeto a seguir amenazándola después de todo lo que ella había hecho por él?. Camino con él y lo

seguido, de seguro aquello era obra del doctor Rossi que la había adoctrinado tanto, que la había dejado solo con las ganas de ser u

ja de metal y varias tijeras,

o hacer Principessa

bala de tu hombro...aunque no

dolor ¿Verdad?...No eres tan mansa cómo

ación por su hombro, Alessandro apretó los dientes pero no se quejó y ella inició con la extracción de la bala. Él se ret

gún anestésico en la zona?– dijo

trumental, de allí tomó una jeringa, volvió junto a él y se la

al...de seguro son mis nervios, jamás viví u

estaba haciendo efecto y ya no

fiosa que de doct

ó ella poniéndose roja y con

princesa... es algo que

lí sacó dos frascos y luego preparó una jering

preguntó Alessand

n, no quiero que te mueras...bueno

esa eres tú...fuoco nel cu

í bien la inyección evitaría la infección , la mezcla de esos medicamentos producía picazón interna, por lo que él en breve estaría rascándose sin par

ero su madre no tuvo más hijos que él, ella también había sido una mujer con fuego en el espíritu y por eso se había enamorado perdidamente de su padre sin importarle que él fue

idaría desde el cielo, recordaba que aún siendo un niño pequeño el había destrozado todos sus juguetes y que calmar el acceso de rabia que lo había invadido fue solo posible con un sedante, uno que le administro el doctor que fue muy amigo de su padre , Massimo Rossi. Un par de años después su padre también había muerto a manos del mismo tipo que mató a su madre, Flavio di Carlo. Así se quedó huérfano, el único que había cuidado de él y que era la única familia

o y limpiando las tijeras lo h

pregunto medio adormilado

nciona de maravilla en ti. – co

en el sistema. – dijo él mirando la herida del hombro que estaba prolijamente

..Mmm por cierto ¿Cómo

atarme si me atrevo a hablar?... Porque no creo que sea

cordar que te mataré si hablas y que no te servirá de n

camilla y movía sus piernas al descuido, su rostro era el de un hombre listo para tomar lo que quería, su mirada era tan profunda que la mantenía pe

rfecto... no puede ser otro que lucifer m

simplemente sus labio

nombres es Fio

flor pequeña. Parece muy poco para una mujer de semejante fiereza; o tal

pecador que desesperado busca la absolución para su alma. Quiso ir hacia él y no supo

e santiguo y él se puso en p

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