Ella es una Mentira
aminó hacia la sala de la clínica con pasos medidos y con el alma en un hilo. Los cuerpos pálidos, desprovistos de sangre aún estaban al
dro vigilaba desde algún lugar, no había sentido sus pasos detrás de ella, aunque sabía que él se había pue
asará, si alguien era dueño del destino de Fiorella Rossi, ése alguien era él. Una idea había empezado a tomar forma en su cabeza, aquella mujer
caer al suelo. Varios hombres vestidos de negro ingresaron en la clínica y se fueron encima de ella, la forzaron a tirarse en el suelo
bien, busca
completo los gritos de ella, Alessandro salió y se most
usto encont
útiles, sí fuera por ustedes me habría desangrado a
el vientre le dolía y todavía no sentía parte del brazo , sin mencionar una comezón que empezaba a ir
enden sus ojos
piso, el matón líder lo sujeto inmediatamente y lo llevó fuera de
das, no está muy bien, además te adv
a más de la cuenta, en lugar de buscar al tío del capo, él había ido por la guardia, pensaba que ellos actuarían mejor y lo ayudarían, no quería que el tí
palabra que él dijo, antes de perder el sentido ése infeliz había ordenado que la llevarán a ella también y la rabia que antes había cesado volvió
ado que la sujetarán entraba nuevamente
recomiendo lo único que con
remos nada en particular, estamos aquí para obedecer órdenes y si el capo dice qu
o si no pesará nada. Uno de ellos la sujetaba mientras el otr
varme, mucha gente depende de mí!... ¡
rostro moreno delataba a leguas que era Napolitano, no tenía ace
patria. ¿Por qué sirve a un hombre
cejas elevadas y los ojo
lealtad es con el clan Stracci,
recieron que eran nostálgicos y cargados de emoción, que no le llegaba a
s.... Ig
la clínica y la arrojaron en un auto, o eso es lo que le pareció, no podía ver absolutamente nada y los pensamientos en su cab
ber hacia dónde, con la venda tan apretada en los ojos no era capaz de distinguir ni siquiera las luces del alumbrado público, sabía que todavía no había amanecido cuando irrump
n, tenía tantas cosas que quería hacer, tanta gente que la necesitaba, recordó a cada uno de sus pacientes que llegarían a la clínica y se encontrarían con un caos, luego recordó a dos de ellos que por todo lo que había sucedido en la noche olvidó por completo. Ambos estaban internad
de los brazos, escuchó cómo se abría una puerta y cada uno de los pasos de los hombres cercanos a ella, sabía que eran los matones porq
lico bastante fuerte y entonces los tipo la arrojaron al piso, se golpeó el costado y sintió una punzada en la cadera, de seguro eso sería un fu
ventana, ella estaba en una de varias celdas del lugar; adelante, fuera de la celda había una silla, parecida a las sillas eléctricas que usaban para los condenados a muerte en la antigüedad, tenía las cintas de
e seca. Se paró de un brinco asustada, olvidándose de los dolores de su cuerpo trato de huir de ése infierno, pero los tipos vestidos de
ienes traicionan a la familia de alguna manera. Sobre todo de quienes tratan
, el Napolitano, con ojos supl
r...No me
risa de lado que nada tenía qu
apo solo se asegura de no perderla
nía la ment
capo?
rostro y asintió, luego se giró y le hizo
o de Alessandro vino a su mente con total claridad, al igual que
ci! ...¡Ojalá que te mueras inf
ndro empeorarán, ése infeliz la había llevado allí solo por capric
ron allí gritando y