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Ahkn

Capítulo 5 Cinco

Palabras:1910    |    Actualizado en: 18/05/2023

ando lo que sin duda alguna sería otro luminoso

movió en la cam

adrugada cuando Morfeo le permitió caer en sus brazos, aunque siendo honesta a la verdad, tampoco pudo descansar en ellos. Las pe

s no se estaban acostumbrado a la claridad y no podía enfocar bien lo que la rodeaba. Pasados unos minutos al fin dejó de ver borroso con cuidado se restreg

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no podía volver a conciliar el sueño. Se quitó las sábanas de encima y posó sus pies en el p

dera y se desvistió, metiéndose debajo de esta. El agua caliente caía tibia relajando sus músculos en el pr

levado con ella algo de ropa y estando ya vestida salió del baño. Fue directamente a su bolso y

a pantalla para av

i

nvolunta

nque no podía ser hipócrita, ella también los había extrañado en ese corto tiempo

atendió la

ñana. ¿Qué carajos quieren? -preguntó en

dece que tienes unos geniales

jos, su amiga no pod

ue ambas chicas empezarán a discutir, nada terminaría bien

cansado, pero solo eso. El h

viaje. -Asintió, el trayecto hasta allí le había encant

s? -pregun

Llegó ayer, seguro no ha ten

engo una novedad. Algo q

y muy sorprendidos por todo. Se dió cuenta que se estaban conteniendo para no interrump

s g

ieron. La pelirroja levantó

que tendrías que haberte fija

El teléfono comenzó a sonar y en la pantalla aparecido el número de Mark. -Chicos, me tengo que ir; Mark me e

-la voz de Mark se es

ías ¿Cómo

einta minutos. Te esperó en el restaurante. -dijo, aunque a Elizab

es agitado. -preguntó con sutileza, a lo

que hacer, el trabaj

si te estresas t

una risa brotand

izzie. Bueno nos vemos e

di

olgaron l

, pantalones beige, y una franela blanca. Para completar, combinó todo con unas botas negras y un sombrero. En dónde sea que fuese en ese

todas sus cosas

zabeth le costó bastante encontrar Mark en aquel tumulto de gente. Lo vio senta

e hayas pedido el desayu

idad. -Pero por favor, siéntate. -le dijo señalando una

rviosas, estaba muy ansiosa por comenzaron su trabajo.

ego iremos a las ruinas, quiero presentart

y fruta. Todo eso acompañado por un delicioso jugó de naranja, y una taza de café humeante. Le dio un mordisco a su tostada y suspiró, aquel

a por empezar. -le dio un sorbo a

mis trabajadores, viene de Alemania, pero es un e

quiero hacerl

a, primer

rminar de comer, se armó de valor para preguntarle

mbre se abrió con sorpresa, pero luego se recompuso,

o y yo tenemos meses intentado encontrarla y

ninguna princesa egipcia, al menos no

on simpleza. Una imagen vino a su mente. Si conocía a

no me equivoco. -Mark le dio una mirada orgullosa, como si hubiese esperado que ella sup

woys. -Liz se sonrojo, no estaba acostumb

in? Eso es lo que la mayoría de los arqueológicos señalan. ¿Por

estigación señala lo contrario. Cree

h se sor

pos

ero decir, al parecer ya sa

al encontrarla solo puede ab

uál

a un filtro para deslizarse. Descubrió aún siendo muy pequeña que si se concentraba lo suficiente en algo, podía ignorar fácilmente todos los pensami

ente seguros que la lla

res estuvieron investigando antes de morir, pero como siempre le pasaba cuan

en su cabeza que no se pa

pesaba y quizás fuesen imaginaciones de la pelinegra, pero le pareció que es

aba de susurr

dejes e

ent

se re

descartable. Aquel hombre había sido amigo de sus padres y pr

que pudiera tener o que pudiese desear Mark que lo impulsará a engañarl

e toda su fuerza de voluntad para no desmayarse allí mismo. Posó su mano so

le iba a

onfiar ni en su p

mblorosas, así que se aclaró la garganta antes de volver a

ntos y papiros que... Lizzie ¿Estás b

contrar un lugar dónde pudiese respirar aire fresco. Sabía que estaba teniendo un ataque de pánico, pues, a

para, que sólo necesitaba respirar un momento o cualquier excusa que se le ocurriera. Pero no pudo cont

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