Ahkn

é. -repitió Elizabeth por

es una gran

. Elizabeth ya le había dicho que no viajaría, pero su amiga era testar

ir con la clase? -la voz de su profesor de histo

rnas cortas y gordas que le dificulta van un poco el andar. Su rostro era severo, y lo único hermoso que poseía en el eran los ojos color avellan

s (Elizabeth entre ellos) creían que todo ese cabello se lo pegaba en el bigote que tenía debajo de

de Liz salió en un pequeño susurro, no le

, están interru

e inmediatamente supo que se meterían en problemas sino la detenía

fesor se volvió muy rojo (si eso era ya posible), sus bigotes se crisparon, y por un segundo Elizabeth no pudo evitar compararlo con u

ncajado del maestro fue lo único que se

dos los alumnos se encontraban en clase, justo como deberían hab

estaba enojado. -comentaba entre risa

o lo dejas en ridículo. -d

lizabeth rodó los ojos, las cosas siempre habían sido así entre las dos. Ella era el agua mansa y

os chicas favorit

o se trata del Hámster. -afirmó Carmen utilizando el ap

l chico se había vuelto parte de sus amigos más cercanos. Había llegado de Italia con una beca deportiva, y era por decirlo de alguna manera el "nuevo" de la universidad, s

ntó Liz levant

ndió haciéndose

ías estar

lo estoy. -dijo con una sonrisa de inocencia mientras chocaba los cinco con Carmen. El

mbre acaba de sonar. Liz sabía que si no se iban en ese momento no encontr

í que pudieron comprar su comida sin tener que hacer fila. Bus

boca llena, su barbilla se había llenado se salsa de tomate. Las chi

dañino para ti. -lo riño Elizabeth. Carmen so

lo sacan del equipo por bajo rendimiento. -Mike dejo el c

hambre. -dijo con un

ad. Elizabeth no pudo evitar sonreír. La pelirroja era

ema. ¿Qué has d

cho que no C

u mejor amigo ¡No me i

lamó para decírselo. -Elizabeth miraba a su amiga con ganas de asesinarla. Sabía lo que intentaba

cced

do por hecho que había aceptado. Genial. Simplemente fantástico. Pensó. Otra piedra de insistencia en su zap

oca? Es la oportunidad de tu vida dijo dándole un sor

ue no utilizaras ese ad

n, no

irada. -Y tercero, yo soy la que tomará esa decisión, y francamente no creo que sea la oportunidad de mi vida. -se levantó de la silla

es los días de mucho sol. Elizabeth se sentó debajo de uno de ellos. Se sentía, más que enojada, algo triste porque sus amigos no la apoyaran.

sol mermara toda su energía. Ese clima no era para ella, y antes de que comenzaran a caer gotas de agua era mejor que volviera al edificio. Se puso de pie con cuidado y sacudió su

e que estuviese abierta. La suerte estaba de su lado ese día, pues al empujarla cedió. El lugar se encontraba completamente va

do pescar una gripe o algo peor, en vez de venir allí donde se mantendrían secos, cómodos y

tada, al parecer había dejado caer un libro por estar distraída, y este al chocar contra el suelo ocasionó un gran estruendo. Se agachó y tomó el libro con cuidado, a

a del ant

iosidad por el tema. Las páginas estaban llenas de diferentes figuras que le eran incomp

n

iconografía de esta cultura. También se la denomina cruz ansada (cruz con la parte superior en fo

to en otro lado, pero no podía recordar en dónde. Lo observó fijame

el de tu familia. Tú d

caerse, y se encontraba algo mareada, pero ya tenía una respuesta al ofrecimiento de Mark. Cerró el libro con fuerza, y salió corriendo de la biblio

a ella. El hotel Bonjour era uno de los más elegantes y costosos en todo el Cairo. Mientras miraba embelesada la

elices de que aceptara, se ofrecieron a ayudarla en todo lo necesario para su viaje y ella (a pesar de seguir eno

uvo que aceptar, no sabía de qué serían capaces esos dos si no la hacía. Se despidieron entre lágrimas en el aeropuerto, ocasionando que algunos v

trabajar en medio de la nada, cambiando tan drásticamente su opinión. No, mejor que siguiesen creyendo que lo hacía por fines académicos. Sabía

ese símbolo» pensó mientras

Twoys ¿Hay algún mensaje para m

gará se lo informará. -respondió con una sonrisa que Liz correspondió. Era una muchacha joven, unos cu