PISO DE ABAJO
AN
o, esconderme cuando algo me molestaba... En fin, la lista era extensa. Sin embargo, estaba segura de que nunca me arrepentiría más en vida que por lo que estaba a punto de hacer; debía estar muy loca como par
ara asegurarme que me lucia lo suficientemente bien, si me encontraba con mi ex no quería dar la apariencia de que me había estancado desde que terminamos. Llevaba puesto unos pantalones de gabardina con corte recto que me llegaban a la altura d
ndía porque perdía mi tiempo en esas nimiedades, nunca había sido del tipo de chica que se preocup
os en un par de
, no dejen que las series estadounidenses los engañen. Empezaba a sudar como si me encontrara dentro de un horno a 25
e vas? -preguntó e
. -afirmé cruzando los brazos sobre mi cuerpo para protegerme. Joshua se quedó unos minutos allí parado observándom
izo en voz tan baja, que tuve que ponerme de puntillas para escucharlo. -Se que es difícil para ti verla de nuevo, pero debes hacerlo por ti, no por ella. Demuéstrate q
da. ¿No quería entrar de una vez? A lo mejor empezó a ver las cosas igual que yo y se dio cuenta que todo esto era un
espalda. -susurró cuando pasé a su lado. Esboc
en personas aquí dentro, el lugar estaba abarrotado y por lo que vi al llegar, aun había una larga fila de personas afuera que esperaban por e
incluso me pareció ver que habían encendido una de las chimeneas, lo que producía un ambiente acogedor. La decoración era una especie de mezcla entre lo rudo y lo vintage, por un parte parecía una especie de caba
mos verla antes de subiera a tocar, pero al fin la encontramos en una mesa del fondo charlando con unos amigos. Nos acercamos sigilosamente para sorprenderla y
componer una sonrisa y se levantó de la silla pa
l parecer era por eso que no habían confirmado nada, él decía que no era para tanto, pero las lágrimas que había dejado en mi almohada la última vez que discutieron me decían otra cosa. El grupo se abrió para hacernos espacio a
riendo hacia los brazos de un hombre rubio que acababa de llegar; observé
> articuló c
Camilo Pascualli. -dijo dándole un ligero empu
alineados; quizás era modelo de Colgate, todos le devolvimos el saludo con la misma cortesía. Vi como Katherine asentía, satisfecha al ver
o convencerla para que viniera. -dijo miran
trago. En sus palabras textuales: Para soportar
e cerveza lo que dificultaba aún más todo. Las luces se atenuaron y un foco iluminó a los miembros de la banda, quienes fueron recibidos con a aplausos efusivos, que respondieron con sonrisas y saludos. Se ubicaron en sus respectivos puestos, Kat todavía se veía nerv
ello de Camilo y dejando un beso en su mejilla, al igual que nosotros traía un vaso entre sus manos, aunque el líquido parecía whisky. El rubio pasó
ciones ajenas, pero también tengo altos niveles de curios
que la dejaste plantada. -dijo Camilo negando con la ca
artían ningún tipo de ADN, pues físicamente no había similitudes entre ellos. Me sorprendió la camaradería con la que se trataban, debían conocerse desde hace mucho tiempo. Emiliana abrió la boca para responder,
o el cabello; quería continuar como mi obsesiva investigación y entonces Katherine se acercó al micrófono y empezó a cantar, la letra de its my life de Bon Jovi inundó todo el ambiente. Fue como si una explosión de placer inundará el bar, el
ue no quería venir en primer lugar. Me parecía estar suspendida en el tiempo, como si no existiera más continuidad que el presente e internamente sabía que jamás en mi vida volvería a ser participé de una experiencia
sentí con la cabeza, ya que me era imposible articular una sola palabra; estaba en
pero esta vez para dedicarnos un pequeño discurso de agradecimiento. Se veía radiante, con el cabello pegado a su rostro por el sudor y las mejillas sonrojadas a causa del esfuerzo, tenía
posible sin la asistencia de cada uno de ustedes-afirmó emocionada. -¿
ondimos a u
tra? -pregu
SI
ue todos conocíamos, los gritos fueron aún más grandes que con la primera: i wanna be your slave de Maneskin sonaba con potencia. Las pe
a salida trasera del lugar, él levanto los do
peo mis mejillas por lo que agradecí el llevar algo que me protegiera, había un cajón de basura en una de las esquinas y procuré alejarme lo suficiente; me apoyé sobre una de las paredes, solté un gemido en cuanto m
calada, inmediatamente se formó una pequeña nube de humo frente a mí, el olor me relajó. Me dediqué a observar las estrellas, buscando constelaciones en el firmamento mie
iana Baseli me observaba con su habi
mujer se tomaba
tendí la caja completa, por el rabillo del ojo noté que Emiliana seguía todos mis movimientos. Sacó uno de los cigarros llevándoselo a la
Por alguna extraña razón no pude apartar mis ojos de la forma que adoptaron sus labios cuando expulsó el
perando que la nicotina se llevará la tensión que se había instalado en mis hombros. Me preguntaba si también salió huyendo del tumulto de gent
udes? -preguntó de pronto, sacánd
a la ligera y más cuando eran totalmente acertadas; Emiliana clavó sus ojos zafiro sobre
apaz de empatizar con
de mi mente. La aparte y me enfoqué en Emiliana, esperando por su respuesta esta soltó una risita y se acercó má
ió encogiéndose de hombros, como si la respu
e Emiliana brillaban con complacencia ante la reacción de mi cuerpo. De pronto se oscurecieron y empecé a sentirme como un anima
e a quién encerr