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PISO DE ABAJO

Capítulo 3 Tercero

Palabras:2700    |    Actualizado en: 11/05/2023

AN

a sus padres, quienes habían tenido la errónea idea de traerlos al mundo, pero aun así los amaban con todo su corazón, pues eran parte de

notar mi malestar; de haber sido una persona con menos autocontrol le habría dado un puñetazo

tación misma de la

hubiese presentado ante mi adoptando esa forma, se la arrebaté de las manos, quizás con demasiada agresividad y le di un largo sorbo. Mí humor mejoró considerablemente en cuanto la

reguntó Joshua en un tono burlón señalando la

ición, pero mantuvo la misma expresión, lo que me hizo gruñir en respuesta

realidad se veían muy felices entre sí. Lamentablemente yo era del tipo de ser increíble y único que esperaba que su entorno combinara con el estado de ánimo en que me encontr

soltando un suspiro de frustración; debía de existir una especie de regla tacita que prohibie

ba mi trabajo y procuraba dar mi cien por ciento cada día que dictaba cursos de escritura en la universidad. Pero aquel año seria completamente diferente a los

café, no entendía como era capaz de tardar tanto bebiéndola cuando yo ya había acabado con la

picacia. No había tenido tiempo de contarle a nadie mi más reciente desgr

ersitario cuando quiere explicarle algo obvio. Me miró como si estuviese impresionado

solté una risita por lo bajo, sabiendo que entre el millonario cruel y mi amigo no había ningún tipo d

trajiste tu propia mala suerte. -respondió en un tono de gran

e cual

encogió

pero debe h

cabeza. -Y no fuera tan malo, pero es que la mayoría ni siquiera me impresionan. Todos parecen que han sido cortados con el mismo patrón, conversaciones iguales, intereses idénticos y sin ningún tipo de ap

ientos, no la profundidad de sus almas. -respondió haciendo un movimiento con las manos para restarle importancia. Asentí, pero no me sentía más tranquila, iba a responder cuando el tel

ndí casi po

. -dijo Joshua fr

lantada. Pero no hay manera en el i

ación de tu amiga porque tu ex también es parte de la banda. -alegó en un tono de reproche. Bajé la cabeza, me sentía como una adolescente siendo reñida por sus

. -dije cruzándome de brazos. -¡Es la verdad! -chille llam

ltima pareja y yo habíamos terminado así casi un año, después de la que encontré engañándome c

eíble y gracias a eso cometí el terrible error de proponerle que se mudara a mi apartamento, con apenas seis meses de estar en un noviazgo

e causan gracia: aparénteme yo no podía complacerla en la intimidad y termino buscando alguien que si lo hiciera. Que intentara hacerme sentir culpable, como si yo

misma se lo conté y se ofreció a perseguirla y raparle el cráneo en venganza. Cuando me negué te

é una pequeña sonrisa, él tenía razón. -Al menos prométeme que lo pensaras, por favor. -pidió apretando mis manos, asentí y las soltó visiblemente

sprendía una alegría contagiosa, resultaba casi imposible no sentirse cómodo a su lado. A lo mejor por eso trabajaba para una pequeña agencia publicitaria, todos sus clientes admiraban tanto sus creaciones, que a veces ni notaban que detrás de esa sonrisa fácil y expresión afable se escondía un hom

mundo. -admití cuando llegamos al café. El nombre del lugar resaltaba

r a toda velocidad, desesperados por encontrar algún sentido en lo que acaba de decir. Sus parecían hablarme, eso o comenzaba a

os se debe eso?

mujer de edad mayor se acercó, esbozando una sonrisa radiante en cuanto nos vio; era la dueña del establecimiento, Marcela Dinusso, la conocía más o menos desde que llegué a Roma. Era r

jó un beso en nuestras mejillas y se sentó a nuestro lado, la anciana se veía radiante y me sonroje porque no estaba acostumbrada a provocar ese tipo de reacción en los demás. Quizás solo se debía a la pr

Pensé que se habían vuelto un par de malagradecidos, pero los hij

capié, pero absolutamente nadie, quería tener problemas con esa mujer; a lo mejor su sangre irlandesa tenía algo que ver en ello, pero todavía no llegaba al nivel de superstición donde creía qu

ocente junto con una sonrisa encantadora. -Pero déjame decirte que hoy estás bellissima. -inquirió dejando un beso en

ara limpiar las mesas. -Debes tener más respeto por tus mayores. -afirmó poniendo

refunfuñar y mirarnos enojada. Los sacudió a los de su espacio, pero yo era consciente de que solo no quería que la vieran

negocio? -inquirió sacando una libreta de los b

luego de la muerte de sus padres quedo totalmente sola en el mundo. Lejos de que eso la detuviera, descubrió su pasión por la repostería y luego de mucho trabajo arduo, logró montar su propio cafetín que estaba pronto a cumplir los treinta años d

an los pequeños placeres de la vida de los que nunca me cansaría y por los que me levantaba cada mañana. Regresó demasiado pronto, por lo que tuvimos que enser

sso, pero Joshua insistió en que ya había bebido demasiada cafeína por la mañana, por lo que terminamos ordenando dos vasos de jugo de naranja. En cuanto la masa enm

mordisco al croissant. El chocolate se esparció por la comisur

a, aunque por el rabillo del ojo note que le daba una mordida a

cios. -afirmé chupándome el dedo pulgar, que había qued

arrepentí al tomar la decisión de mudarme para acá, a pesar de las dificultades no podía negar que había crecido como persona durante los últimos años y también académicamente pues la c

l'italia!>> pensé t

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1 Capítulo 1 Primero2 Capítulo 2 Segundo3 Capítulo 3 Tercero4 Capítulo 4 Cuarto5 Capítulo 5 Quinto6 Capítulo 6 Sexto7 Capítulo 7 Septimo8 Capítulo 8 Octavo9 Capítulo 9 Noveno10 Capítulo 10 Decimo11 Capítulo 11 Undecimo12 Capítulo 12 Duodecimo13 Capítulo 13 Decimotercera14 Capítulo 14 Decimocuarta15 Capítulo 15 Decimoquinto16 Capítulo 16 Decimosexto17 Capítulo 17 Decimoséptimo18 Capítulo 18 Decimoctavo19 Capítulo 19 Decimonoveno20 Capítulo 20 Vigésimo21 Capítulo 21 Vigésimo primero22 Capítulo 22 Vigésimo segundo23 Capítulo 23 Vigésimo tercero24 Capítulo 24 Vigésimo cuarto25 Capítulo 25 Vigésimo quinto26 Capítulo 26 Vigésimo sexto27 Capítulo 27 Vigésimo séptimo 28 Capítulo 28 Vigésimo octavo29 Capítulo 29 Vigésimo noveno30 Capítulo 30 Trigésimo31 Capítulo 31 Trigésimo primero32 Capítulo 32 Trigésimo segundo33 Capítulo 33 Trigésimo tercero34 Capítulo 34 Trigésimo cuarto35 Capítulo 35 Trigésimo quinto36 Capítulo 36 Trigésimo sexto37 Capítulo 37 Trigésimo séptimo38 Capítulo 38 Trigésimo octavo39 Capítulo 39 Trigésimo noveno40 Capítulo 40 Cuadragésimo41 Capítulo 41 Cuadragésimo primero42 Capítulo 42 Cuadragésimo segundo43 Capítulo 43 Cuadragésimo tercero44 Capítulo 44 Cuadragésimo cuarto45 Capítulo 45 Cuadragésimo quinto46 Capítulo 46 Cuadragésimo sexto47 Capítulo 47 Cuadragésimo séptimo48 Capítulo 48 Cuadragésimo octavo49 Capítulo 49 Cuadragésimo noveno50 Capítulo 50 Quincuagésimo51 Capítulo 51 Quincuagésimo primero52 Capítulo 52 Quincuagésimo segundo53 Capítulo 53 Quincuagésimo tercero54 Capítulo 54 Quincuagésimo cuarto55 Capítulo 55 Quincuagésimo quinto56 Capítulo 56 Quincuagésimo sexto57 Capítulo 57 Quincuagésimo septimo58 Capítulo 58 Quincuagésimo octavo59 Capítulo 59 Quincuagésimo noveno60 Capítulo 60 Sextagésimo 61 Capítulo 61 Sextagésimo primero62 Capítulo 62 Sextagésimo segundo63 Capítulo 63 Sextagésimo tercero64 Capítulo 64 Sextagésimo cuarto65 Capítulo 65 Sextágesimo quinto66 Capítulo 66 Sextágesimo sexto67 Capítulo 67 Sextágesimo septimo 68 Capítulo 68 Sextágesimo octavo69 Capítulo 69 Sextágesimo noveno70 Capítulo 70 Septuagésimo71 Capítulo 71 Septuagésimo primero72 Capítulo 72 Septuagésimo segundo73 Capítulo 73 Septuagésimo tercero74 Capítulo 74 Septuagésimo cuarto75 Capítulo 75 Septuagésimo quinto76 Capítulo 76 Septuagésimo sexto77 Capítulo 77 Septuagésimo séptimo 78 Capítulo 78 Septuagésimo octavo79 Capítulo 79 Septuagésimo noveno80 Capítulo 80 Octogésimo81 Capítulo 81 Octogésimo primero82 Capítulo 82 Octogésimo segundo83 Capítulo 83 Octogésimo tercero84 Capítulo 84 Octogésimo cuarto85 Capítulo 85 Octogésimo quinto