PISO DE ABAJO
AN
a sus padres, quienes habían tenido la errónea idea de traerlos al mundo, pero aun así los amaban con todo su corazón, pues eran parte de
notar mi malestar; de haber sido una persona con menos autocontrol le habría dado un puñetazo
tación misma de la
hubiese presentado ante mi adoptando esa forma, se la arrebaté de las manos, quizás con demasiada agresividad y le di un largo sorbo. Mí humor mejoró considerablemente en cuanto la
reguntó Joshua en un tono burlón señalando la
ición, pero mantuvo la misma expresión, lo que me hizo gruñir en respuesta
realidad se veían muy felices entre sí. Lamentablemente yo era del tipo de ser increíble y único que esperaba que su entorno combinara con el estado de ánimo en que me encontr
soltando un suspiro de frustración; debía de existir una especie de regla tacita que prohibie
ba mi trabajo y procuraba dar mi cien por ciento cada día que dictaba cursos de escritura en la universidad. Pero aquel año seria completamente diferente a los
café, no entendía como era capaz de tardar tanto bebiéndola cuando yo ya había acabado con la
picacia. No había tenido tiempo de contarle a nadie mi más reciente desgr
ersitario cuando quiere explicarle algo obvio. Me miró como si estuviese impresionado
solté una risita por lo bajo, sabiendo que entre el millonario cruel y mi amigo no había ningún tipo d
trajiste tu propia mala suerte. -respondió en un tono de gran
e cual
encogió
pero debe h
cabeza. -Y no fuera tan malo, pero es que la mayoría ni siquiera me impresionan. Todos parecen que han sido cortados con el mismo patrón, conversaciones iguales, intereses idénticos y sin ningún tipo de ap
ientos, no la profundidad de sus almas. -respondió haciendo un movimiento con las manos para restarle importancia. Asentí, pero no me sentía más tranquila, iba a responder cuando el tel
ndí casi po
. -dijo Joshua fr
lantada. Pero no hay manera en el i
ación de tu amiga porque tu ex también es parte de la banda. -alegó en un tono de reproche. Bajé la cabeza, me sentía como una adolescente siendo reñida por sus
. -dije cruzándome de brazos. -¡Es la verdad! -chille llam
ltima pareja y yo habíamos terminado así casi un año, después de la que encontré engañándome c
eíble y gracias a eso cometí el terrible error de proponerle que se mudara a mi apartamento, con apenas seis meses de estar en un noviazgo
e causan gracia: aparénteme yo no podía complacerla en la intimidad y termino buscando alguien que si lo hiciera. Que intentara hacerme sentir culpable, como si yo
misma se lo conté y se ofreció a perseguirla y raparle el cráneo en venganza. Cuando me negué te
é una pequeña sonrisa, él tenía razón. -Al menos prométeme que lo pensaras, por favor. -pidió apretando mis manos, asentí y las soltó visiblemente
sprendía una alegría contagiosa, resultaba casi imposible no sentirse cómodo a su lado. A lo mejor por eso trabajaba para una pequeña agencia publicitaria, todos sus clientes admiraban tanto sus creaciones, que a veces ni notaban que detrás de esa sonrisa fácil y expresión afable se escondía un hom
mundo. -admití cuando llegamos al café. El nombre del lugar resaltaba
r a toda velocidad, desesperados por encontrar algún sentido en lo que acaba de decir. Sus parecían hablarme, eso o comenzaba a
os se debe eso?
mujer de edad mayor se acercó, esbozando una sonrisa radiante en cuanto nos vio; era la dueña del establecimiento, Marcela Dinusso, la conocía más o menos desde que llegué a Roma. Era r
jó un beso en nuestras mejillas y se sentó a nuestro lado, la anciana se veía radiante y me sonroje porque no estaba acostumbrada a provocar ese tipo de reacción en los demás. Quizás solo se debía a la pr
Pensé que se habían vuelto un par de malagradecidos, pero los hij
capié, pero absolutamente nadie, quería tener problemas con esa mujer; a lo mejor su sangre irlandesa tenía algo que ver en ello, pero todavía no llegaba al nivel de superstición donde creía qu
ocente junto con una sonrisa encantadora. -Pero déjame decirte que hoy estás bellissima. -inquirió dejando un beso en
ara limpiar las mesas. -Debes tener más respeto por tus mayores. -afirmó poniendo
refunfuñar y mirarnos enojada. Los sacudió a los de su espacio, pero yo era consciente de que solo no quería que la vieran
negocio? -inquirió sacando una libreta de los b
luego de la muerte de sus padres quedo totalmente sola en el mundo. Lejos de que eso la detuviera, descubrió su pasión por la repostería y luego de mucho trabajo arduo, logró montar su propio cafetín que estaba pronto a cumplir los treinta años d
an los pequeños placeres de la vida de los que nunca me cansaría y por los que me levantaba cada mañana. Regresó demasiado pronto, por lo que tuvimos que enser
sso, pero Joshua insistió en que ya había bebido demasiada cafeína por la mañana, por lo que terminamos ordenando dos vasos de jugo de naranja. En cuanto la masa enm
mordisco al croissant. El chocolate se esparció por la comisur
a, aunque por el rabillo del ojo note que le daba una mordida a
cios. -afirmé chupándome el dedo pulgar, que había qued
arrepentí al tomar la decisión de mudarme para acá, a pesar de las dificultades no podía negar que había crecido como persona durante los últimos años y también académicamente pues la c
l'italia!>> pensé t
Moderno
Xuanhuan
Hombre Lobo
Romance
Romance
Romance