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PISO DE ABAJO

PISO DE ABAJO

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Capítulo 1 Primero

Palabras:2521    |    Actualizado en: 11/05/2023

AN

más etérea que la desprendida por su pálido rostro. Entonces la tomó entre sus brazos, uniendo la frent

nosa

pecé a escribir de nuevo. Era de las pocas personas que necesitaban plasmar sus ideas en papel para que estás pudieran empezar a tomar forma, si intentaba hacerlo en la computadora m

ta sobre la mesa,

tercera en la sema

de un tirón. El pasillo estaba completamente desierto, aquel molesto sonido volvió a interrumpir la tranquilidad del edificio, aunque esta vez seguido por unas ris

ta de uno de los departamentos y le leí el número en la placa dorada, que ya me era ta

aquel condominio cuando me mudé hacía dos años y desde el primer momento en que nos topamos supe que era la cru

ia era oriunda de Palermo, (me enteré por un comentario de nuestro casero, no porque estuviese ave

llevó detrás de la oreja. No pronunció palabra, pero tenía la mirada color zafiro posada sobre mí, a la expectativa. No siendo primera vez, pens

r, así que seré breve. -Una nota de sarcasmo se filtró en mis palabras. -Pero lo que sea que estés h

que había logrado mi objetivo, sin embargo, esa expresión desapareció, siendo sustituida por una sonrisa

palabra. -inquirió en un tono de falsa cortesía. -Repite después de mi: S-E

ado rápido para resultar convincente y sabía que Emiliana se daría cuenta de ese pequeño desliz, sólo esperaba que no lo comentará o el hermoso suelo termina

n po

stabas haciendo. -dije a

estaba teniendo sexo, no es ningún se

aba una vida promiscua y no discutiría mi sexualidad en medio del pasillo y menos con ella. La fulminé con la mirada, observándola de arriba abajo

unto debe costar más qu

ró, aunque sólo fuese para ver, pues dudaba que mi sueldo me permitiría adquirir

n pronto esas palabras abandonaron mis labios, supe que no debía haberlas dicho,

su cuerpo sobre la puerta. Deseaba ahorcarla allí mismo, pero me obligué a recordar que el asesinato era un deli

do a tu espacio. -se

cara. Parpadee una vez y luego dos para asegurarme que lo que habí

imaginaria e

e mi tipo. -dije c

preguntó levan

rtir p

quirió divertida, pero note que estaba ver

o en el bufón de esa mujer de p

por lo bajo, pero al final asintió, algo que en realidad no me sorprendió, siempr

el volumen para no

de cabeza y giré sobre mis talones para volver a mi departamento. No fue hasta más tarde, mi

i contactada por una editorial italiana que estaba interesada en publicar uno de mis manuscritos, así que no lo pens

n o J.K Rowling, sin embargo, pronto aprendí que alcanzar ese t

entado. Las regalías por ventas a penas me ayudaban a llegar a fin de mes, por lo que termine siendo parte del montón de escritores que tienen que buscar un segundo

n embargo, eso nunca había sido parte de mi sueño, quería y ambicionaba más, no sólo ser docente. Entré a mi departamento y lu

» me dije

a otra, resumiendo lo en una sola palabra: Hipócritas. Iba continuar despotricando acerca de aquellos que se sentían atraíd

, era Joshua, mi mejor

oy esperando en el ca

to que se suponía nos íbamos a reunir hoy porque era mi úl

eclee con rapidez, la respue

lvido, ¿

scribí de vuelta tratando

sa» respondió Joshua dando p

que hacía las veces de cocina-comedor-sala, aunque la cocina estaba separada del resto por un mesón de color gris. Lo que más me gustaba era la ventana que daba vista ha

cuerpo con delicadeza, adoraba el aroma a piña que desprendía. Cuando me enjuague cerré la llave y me cubrí co

a así que todo tenía el tamaño perfecto para mí: tenía una cama matrimonial en la esquina derecha de la habitación, un clos

cabello por mi espalda, para terminar, cayendo en el piso dónde comenzaba a formarse un charco. Me quite la toall

dmitirlo. Me gustaba sentirme cómoda. Saqué un par de pantalones para hacer yoga de color beige y los convine con una camiseta corta negra que

bre mi frente con unos ganchos blancos, apliqué un poco de brillo en mis labios y estuve lista

ersátil y no me importa que me

etín, que dejará de lado el plan de asesinarme que su mente retorcida le había recomendado, como respuesta recibí un em

hombre anciano, de unos 60 años aproximadamente, pero eso no le quitaba la jovialidad y el encanto con el que nos saludaba todas las ma

staba sentado detrás del escritorio de recepción, comiend

do la mano en señal de saludo. -Sarai fuori t

imprudente, sin embargo, sabía que no lo hacía con maldad o segundas intenci

endo hora de que se jubilará. Una vez me atreví a plantearle me duda, a lo que simpleme

erò prima che faccia buio. -respondí. No pud

ería y puesto de frutas; definitivamente no era la zona más glamorosa de Italia, sin embargo, era lo suficientemente cómoda y tranquila p

er tomado un abrigo antes de salir, pero recordé que a mediodía el sol calentaba

e caminar cinco minutos y estuve en la Piazza dei Condottieri. Uno de los lugares más hermosos del barrio, a esa h

de la plaza; con la mirada busque entre la mesa de picnic a Joshua, no tarde m

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1 Capítulo 1 Primero2 Capítulo 2 Segundo3 Capítulo 3 Tercero4 Capítulo 4 Cuarto5 Capítulo 5 Quinto6 Capítulo 6 Sexto7 Capítulo 7 Septimo8 Capítulo 8 Octavo9 Capítulo 9 Noveno10 Capítulo 10 Decimo11 Capítulo 11 Undecimo12 Capítulo 12 Duodecimo13 Capítulo 13 Decimotercera14 Capítulo 14 Decimocuarta15 Capítulo 15 Decimoquinto16 Capítulo 16 Decimosexto17 Capítulo 17 Decimoséptimo18 Capítulo 18 Decimoctavo19 Capítulo 19 Decimonoveno20 Capítulo 20 Vigésimo21 Capítulo 21 Vigésimo primero22 Capítulo 22 Vigésimo segundo23 Capítulo 23 Vigésimo tercero24 Capítulo 24 Vigésimo cuarto25 Capítulo 25 Vigésimo quinto26 Capítulo 26 Vigésimo sexto27 Capítulo 27 Vigésimo séptimo 28 Capítulo 28 Vigésimo octavo29 Capítulo 29 Vigésimo noveno30 Capítulo 30 Trigésimo31 Capítulo 31 Trigésimo primero32 Capítulo 32 Trigésimo segundo33 Capítulo 33 Trigésimo tercero34 Capítulo 34 Trigésimo cuarto35 Capítulo 35 Trigésimo quinto36 Capítulo 36 Trigésimo sexto37 Capítulo 37 Trigésimo séptimo38 Capítulo 38 Trigésimo octavo39 Capítulo 39 Trigésimo noveno40 Capítulo 40 Cuadragésimo41 Capítulo 41 Cuadragésimo primero42 Capítulo 42 Cuadragésimo segundo43 Capítulo 43 Cuadragésimo tercero44 Capítulo 44 Cuadragésimo cuarto45 Capítulo 45 Cuadragésimo quinto46 Capítulo 46 Cuadragésimo sexto47 Capítulo 47 Cuadragésimo séptimo48 Capítulo 48 Cuadragésimo octavo49 Capítulo 49 Cuadragésimo noveno50 Capítulo 50 Quincuagésimo51 Capítulo 51 Quincuagésimo primero52 Capítulo 52 Quincuagésimo segundo53 Capítulo 53 Quincuagésimo tercero54 Capítulo 54 Quincuagésimo cuarto55 Capítulo 55 Quincuagésimo quinto56 Capítulo 56 Quincuagésimo sexto57 Capítulo 57 Quincuagésimo septimo58 Capítulo 58 Quincuagésimo octavo59 Capítulo 59 Quincuagésimo noveno60 Capítulo 60 Sextagésimo 61 Capítulo 61 Sextagésimo primero62 Capítulo 62 Sextagésimo segundo63 Capítulo 63 Sextagésimo tercero64 Capítulo 64 Sextagésimo cuarto65 Capítulo 65 Sextágesimo quinto66 Capítulo 66 Sextágesimo sexto67 Capítulo 67 Sextágesimo septimo 68 Capítulo 68 Sextágesimo octavo69 Capítulo 69 Sextágesimo noveno70 Capítulo 70 Septuagésimo71 Capítulo 71 Septuagésimo primero72 Capítulo 72 Septuagésimo segundo73 Capítulo 73 Septuagésimo tercero74 Capítulo 74 Septuagésimo cuarto75 Capítulo 75 Septuagésimo quinto76 Capítulo 76 Septuagésimo sexto77 Capítulo 77 Septuagésimo séptimo 78 Capítulo 78 Septuagésimo octavo79 Capítulo 79 Septuagésimo noveno80 Capítulo 80 Octogésimo81 Capítulo 81 Octogésimo primero82 Capítulo 82 Octogésimo segundo83 Capítulo 83 Octogésimo tercero84 Capítulo 84 Octogésimo cuarto85 Capítulo 85 Octogésimo quinto