Hoy es un gran día para mí, me bajé del autobús y recorro con mis ojos el campus de la universidad Le Rose por primera vez, es un instituto de gran prestigio y fama mundial como uno de los más costosos.
Solo hijos de famosos y alta alcurnia estudian en estas paredes, el lugar está lleno de nuevos estudiantes yendo de aquí para allá, pero yo no comparto su mismo entusiasmo.
Supongo que el lugar es bastante impresionante, también sé que las universidades se toman en serio el aspecto de sus jardines con su arte topiario.
¿Pero setos en formas piramidales?.
Es exagerado y esa... esa escultura en aquella fuente, solo puedo sacudir la cabeza ante tanta opulencia.
Pero no estoy aquí para contemplar el paisaje, será mejor que busque dónde está el grupo de orientación de los nuevos estudiantes, lamentablemente es obligatorio asistir, preferiría echarle un vistazo al plan de estudio de este año.
De paso descubrir quién me robó el primer puesto en la lista de ingresantes, debe ser alguien muy inteligente porque mi coeficiente intelectual es de 130, lo sé soy un ratón de biblioteca, sin embargo sin esa cualidad no estaría en esta prestigiosa institución, no tengo los recursos económicos, soy una jóven común y corriente sin riquezas, ni conexiones y proveniente de una familia trabajadora.
Me acerco a un letrero con un enorme mapa del campus, están entregando panfletos para formar parte de clubes extracurriculares, sin embargo dos chicas muy bien vestidas cuchichean cerca de mí con un tono risueño.
Una de ellas lleva colgado un bolso Louis vuitton, este bolso debe costar un ojo de mi cara o de mi sueldo mensual, pero Le Rose es una universidad muy exclusiva, ninguna otra universidad ofrece cursos de tanta calidad y variedad.
Es natural que atraiga a los estudiantes más ricos.
Veo un mural con nombres de ingresantes, ¡Maldita sea! hasta jerarquizan a los estudiantes por sus logros individuales, éxito financiero, filantropía y logros académicos.
¡Dios cuánto clasismo!.
Frunzo el ceño, porque entré esas tres categorías sólo destacó en una, respirar profundamente es lo único que me queda.
A quién le importa la cantidad de dinero que dona alguien en estos tiempos, me parece solo un modo egocentrista de presumir sus riquezas.
¡Voluntariado y servicios comunitarios!.
Que mierda tiene que ver eso con la educación superior, no soy la madre Teresa.
En serio toman en cuenta eso en esta institución, pensé que era una universidad no un centro comunitario ni caridad, las notas y los logros académicos son lo único que tiene sentido, aunque aquí parezca lo menos importante.
Y yo salí segunda en las mejores notas ¡Segunda!.. Es un golpe a mi orgullo, con lo mucho que me esforcé.
Si hubiera sacado la mejor nota, me habrían dado la beca completa.
Eso me deprime porque es un fastidio, tener el dinero limitado, para distraer mis penurias busco el edificio de orientación, es un campus gigantesco.
¿Cuántas hectáreas tendrá esta universidad?.
Que fácilmente uno puede perderse en estas instalaciones, de camino a la puerta principal del edificio escuchó a una chica dar un grito emocionado sobresaltándome.
- ¡Oh Dios mío! es Isaac. -
Ese grito fue por un chico, pensé que el edificio había prendido fuego o algo así.
Más chicas se aglomeran y murmuran entre ellas...
- ¡Es Isaac Ducruet!, Dios Isaac, no es posible.-
Dan pena ajena derritiéndose así no más por un tipo...
Continuó caminando, cuando un auto color negro muy lujoso se parquea cerca del edificio.
Veo asombrada porque el auto, en definitiva es elegante, debe costar una fortuna, sin más me volteó y continuó caminando, cuando algo que dice una de las chicas, llega a mis oídos haciendo que me detenga.
- Sabían que Isaac sacó la mejor notas de todas, es sexy y también inteligente.-
¡QUE! ese fulano es el que me robó el primer puesto.
No puedo creer que un ricachón inútil, me haya ganado...
Debe haber hecho trampa.
Me quedo de pie cerca de la puerta principal, simplemente porque me indigna el hecho de que un ricachón tenga la beca completa, no la necesita.
Si solo vez el auto que lleva, es demasiado, claro está, él no sabe lo que significa trabajo duro y sudor en la frente.
Del auto baja un hombre de tez blanca, cabello oscuro y brillante, lacio con corte bajo, con unos ojos rasgados de color gris, una mirada penetrante con pestañas largas y rizadas, una nariz recta y delgada con cejas arqueadas y muy oscuras, con esa cara ovalada y barbilla finamente estilizada sin un poco de bello facial, maldita sea su cara es simétricamente perfecta.
Puede existir un humano así... Me rehusó a ser intimidada por su hermosa cara.
Es alto, tal vez 1.80 metros, lleva vestido un traje casual color azul marino oscuro y camisa negra combinada con zapatillas oscuras, sumamente elegante.
Parpadeo atónita, soy tonta que me pasa, dejándome llevar por la apariencia de un tipo, está claro que me puse algo nerviosa, estúpido corazón deja de acelerarte.
Esto es lo que provoca en mí, sin apenas conocerle, en presencia de una sensación de emoción.
El amor a primera vista es algo cliché, pero un brillo en su mirada me atrapó, ese aire arrogante le da un toque cautivador, su inteligencia una elegancia increíble, aunque soy soltera, no soy de las que se quedan a ver los chicos pasar, pero lo que estoy viendo está fuera de lo normal.
Siente como si el tiempo se parara o que pasa muy despacio, muy lentamente...
Veo que se pasa la mano por la cabeza echándose el cabello hacia atrás, desprende seguridad en sí mismo, algo que muy pocas personas pueden lograr.
Creo que acabo de conocer al hombre de mis sueños.
Sin embargo reaccionó a tiempo, por todas las sandeces que estoy pensando, él es un extraño y siendo sincera, los hombres que me atraen son una completa basura, en todas mis relaciones me han engañado, no sé porque mi relación siempre termina así, por eso esa intuición femenina nunca se equivoca.
El con un rostro aburrido, echa un vistazo a su alrededor y después de un momento camina hacia al campus.
Bien mi rostro, debe estar ruborizado así que me apresuró a entrar al salón.
¡Maldita sea!, la orientación está a punto de comenzar, llegó a sentarme en uno de los asientos vacíos , casi no lo logró.
Varios representantes de la universidad dan discursos sobre la vida en el campus.
Soy incapaz de prestarle atención, no puedo dejar de pensar en Isaac, que me pasa por Dios, no me puede estar llamando la atención ese ricachón inútil.
A leguas se ve que tiene una actitud arrogante e insoportable, no necesito conocer gente de ese tipo.
La orientación termina y no siento que me haya enterado de nada nuevo.
Siguiendo a la multitud, en lo que parece un salón de baile, estoy rodeada de muchas personas.
Una Maestra de la universidad, hace un anuncio hacia todo el estudiantado, es un modo de que socialicemos con los compañeros por lo que nos han reunido a todos, así como un convivio de bienvenida.
Claro, no vine a ser amigos, hago un esfuerzo para no poner mis ojos en blanco por qué aquí solo hay personas de alta sociedad, hijos de ricachones o por conexiones de sus padres en esta universidad.
Soy el único pez fuera del agua y ya me siento a contracorriente.
Decido salir del salón, estar socializando no es lo mío, odio estar entre muchedumbres, cuando me apresuró a salir por la puerta me choco con alguien.
Maldición, golpeó mi cara contra su pecho.
Pero tiene un dulce aroma, será su colonia.
-¡Oye!, fíjate a donde caminas.- exclama serio.
Levanto mi mirada y es él, el tal Isaac Ducruet.
El extraño me mira fijamente, siento que podría comerme viva, realmente me perturba, escaneando mi cuerpo, de pies a cabeza, intensamente.
Adopta una actitud indolente esperando tranquilamente a que diga algo.
Hay un leve rastro de sorpresa en mi rostro, claro hice contacto visual con este ser magnánimo, pero no fue mi culpa chocar con él, no voy a disculparme.
- Discúlpate, tú me interceptaste a mi.- respondo sin pensar.
Como si un brillo se encendiera en su mirada me responde.
- Bromeas, ¿Acaso no sabes quién soy?, me sorprende que alguien de tu calaña no lo sepa al verme.- Mostrándome una sonrisa burlona.
Su actitud pedante aumenta mi bochorno, me sigue mirando fijamente con sus ojos intensos, no voy a intimidarme.
- Y qué importa quién eres, no sabes modales básicos, me sorprende que no sepas tratar con mujeres.- contraatacó rápidamente con palabras molestas.
Mi malestar llega a su punto culminante, siento enrojecer mis mejillas en segundos.
- Nunca te he visto, pero a juzgar tu ropa es de... una calidad cuestionable, así que supongo que eres una don nadie, no mereces mi atención.-
Dios eso sí me hace hervir la sangre este pedante , bueno para nada , es tan insoportable , solo respiro profundo y aprieto el puño , juro que ganas de darle un golpe no me faltan pero iniciar altercados, perdería mi beca y aquí donde las apariencias de seres civilizados es la pantalla del día con día.
Que soy una don nadie, lo hace ver como si mi estatus social fuera insuficiente para compartir un espacio con él.
Ignorare sus insultos vacíos, mequetrefe con traje.
- Tú eres un humano con moral cuestionable, te fue fácil sobornar a los oficiales de admisión, porque cómo llegaste al primer lugar, arrebatándome ese puesto, es obvio que no necesitas la beca.- respondo con rabia en mis palabras.
Isaac solo entrecierra los ojos brevemente y se ríe de mí, como si hubiera dicho el chiste del año.
- No sé muy bien por qué mis notas, te interesan tanto, simplemente hice mi mayor esfuerzo, evidentemente mi esfuerzo es superior que el tuyo, considerando la vergonzosa crianza que debes haber tenido.-
- ¡Vergonzosa! Tú qué sabes, siempre me esfuerzo y trabajo duro, cosas que tú no has experimentado. - digo ofendida mientras suelto un chasqueo de lengua.
Isaac vuelve a reírse pero esta vez con un tono amargo en su risa.
- Bueno el esfuerzo y la dedicación no funcionan en tu caso, tal vez deberías intentar aprender a besar traseros.-
Luego se aleja caminando, sin que pueda contestarle.
Que imbécil y engreído es.
Salgo del convivió, me dirijo al baño de damas, me siento completamente ofendida, es un imbécil narcisista, aunque yo también no fui nada amable, lo ataque con mis palabras, pero lo que importa es alguien con quién no pienso cruzar palabras nuevamente.