Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
Extraño, cásate con mi mamá
No me dejes, mi pareja
El réquiem de un corazón roto
El dulce premio del caudillo
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
Todo comienza cuando Diana entró a la universidad, ella era una chica con una sonrisa muy encantadora, era de carácter muy encantador, por lo que no le costaba hacer nuevas amistades.
Había decidido estudiar para hacer intercambio en el extranjero.
En su primer día en la U. P. llego un poco tímida ya que anteriormente había perdido un año escolar y pensaba que era un punto para que los estudiantes no quisieran entablar cierta amistad con ella.
Diana tenía la mejor actitud para aprender y cumplir sus objetivos, no le importaba en lo más mínimo hacer amistades nuevas, las que tenia ya eran demasiado fuertes y la hacían realmente feliz, por lo que no le hizo mucho caso a ese pensamiento que la estaba rondado.
Ella estaba presenciando los cursos antes de iniciar el ciclo, por lo que estaba haciendo un chequeo completo de los estudiantes que estarían acompañándola durante todo el año.
Al inicio del curso pudo entablar una conversación con otra chica que se vea muy callada, coincidieron en que estarían en el mismo salón por lo que se sentaron juntas y asi pasaron el primer día del curso.
Norma era una chica linda y habían hecho un compañerismo fabuloso.
Diana vivía lejos de la U. P. tardaba dos horas para poder llegar hasta ahí, y el turno de la tarde era en el que había sido asignada, tenia en mente hacer amigos que la acompañaran por lo menos a la mitad de su viaje para asi no sentirlo tan pesado ni peligroso.
Tras el primer día, ella estaba muy entusiasmada de tener un nuevo comienzo en la U. P. dado que ella era una estudiante muy buena y no tenía que esforzarse tanto.
Su segundo día en la U. P. fue más bien, un tanto aburrido, porque sus compañeros habían decidido salir de clases e irse a consumir bebidas embriagantes, asi que los maestros al ver el número reducido de alumnos fueron un poco flojos para dar sus respectivas clases.