Esto no puede estar pasando me repito una y otra vez, cielos en qué momento esto salió de control.
Puedo engañarme y decir que todo es por la supervivencia, cierro mis ojos y siento como besa mi cuello.
¡Esto se siente tan bien!
–Hum …HUM – sonrió.
Esto está cada vez más bueno, unas manos tocan mis senos sobre mi blusa, las lamidas en mi cuello son más salvajes.
Aliento raro, pero bueno después de 15 días perdidos tampoco le pediría que tuvieran sabor a menta, los dedos aprietan más fuerte mi pezón.
Este hombre es pura dinamita como lo supuse desde un comienzo, no me equivoque con él.
-Alysa levántate o el mono terminara con una erección de caballo – escucho de lejos.
Algo no está bien, en mi cabeza se reproduce mono, animalitos peluditos con manos y deditos.
No me atrevo a abrir mis ojos, un escalofrió recorre mi cuerpo cuando noto lo pequeños que son los deditos.
¡La lengua en mi cuello no es Evans! Con mi conciencia a mil por hora, pego el grito del siglo.
Igual al grito de los mohicanos antes de entrar en guerra.
Soy tomada de la cintura y una gran mano aplasta mi boca.
No sé en qué momento pensé que su mano podría ser suave, pero sí de solo verlo te demuestra que es bruto.
-Silencio Alysa o esos monos serán el menor de nuestros problemas. ¿Lo entiendes? – me dice soltándome lentamente la boca, asiento con la cabeza, mientras su erección taladra mis nalgas.
Por lo visto también a él lo tengo como piedra.