Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Novia del Señor Millonario
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
El dulce premio del caudillo
El réquiem de un corazón roto
Los Mellizos del CEO
Yo soy tuya y tú eres mío
El regreso de la esposa no deseada
Cuando la puerta se cerró detrás de ella, supo que el infierno había comenzado.
Se escuchó el ruido del cerámica romperse y el grito contenido cuando la taza se quebró a sus pies, el café caliente le mojó los pantalones.
—Arrodíllate. —Escuchó, pero dudó—. ¡Que te arrodilles!
La joven tembló y su cuerpo respondió por sí mismo. El dolor le llegó en oleadas desde las rodillas y la sangre se derramó desde las heridas. Miró hacia abajo sin atreverse a decir nada cuando el sonido de los zapatos se aproximó hasta quedarse frente a ella.
Una mano la sostuvo por las mejillas y la obligó a mirar hacia arriba. Ojos oscuros y hermosos la miraron con una nota de locura.