Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Novia del Señor Millonario
No me dejes, mi pareja
Extraño, cásate con mi mamá
El réquiem de un corazón roto
Renacida: me casé con el enemigo de mi ex-marido
Diamante disfrazado: Ahora mírame brillar
El dulce premio del caudillo
Hoy por la mañana me he despertado pensando en ti, de nuevo. Una vez más soñé que estábamos en la librería de viejo y que tomados de la mano nos adentrabamos al pasillo del drama y el romance. Nos perdimos entre las estanterías que guardaban mil almas, las almas de cada escritor y de cada lector. Entre todas ellas volví a ver la portada de ese misterioso libro que en cada sueño aparece « El laberinto de los espíritus » decía el título, con las letras negras de siempre y con ese brillo único en su lomo.
Por un momento sentí que no estaba soñando y que nuestra búsqueda por el libro perfecto nunca terminaría, que podría volver a sentir tu mano tomando la mía, a la espera de que yo avanzará para que me siguieras.
- Nunca te vuelvas a ir cariño - te susurré sin mirarte.
Asentiste y seguimos en busca del libro perfecto.
Alguna vez tu y yo escribimos uno, y déjame decirte que fue el mejor que he podido leer, el mejor libro de mi mundo, de nuestro mundo. Aquel libro que ambos escribimos una tarde de otoño bajo el árbol, ese árbol donde solíamos pasarnos la vida entera y nos hundiamos en su sombra mágica. No habrá mejor lugar que debajo de ese árbol para pasar mi vida, no habrá mejor sitio para recordarte. Creo que sí un día vuelvo a ir aún podré vernos ahí, sentados y enamorados, sin miedos y sin dudas.